El reloj atrasado

Eso, atrasemos los relojes para que no llegue la hora de España, la de la unión, que siempre se dijo que hacía la fuerza, la del sentido común plasmado en una Constitución que servía hasta que Zapatero la puso en acoso y derribo. Sí señor, vayamos con otro reloj, que eso de España, ya sabemos, es sólo cosa de fachas.

En fin, que atrasen el reloj, si así son felices. Por mí como si quieren poner la hora de Pernambuco. Que sigan retrocediendo en el tiempo. Con un poco de suerte nos veremos en nuestras primigenias tribus y allí encontraremos la Arcadia perdida, todos bien segregaditos. Ni juntos ni revueltos. ¿Hay quien dé más?
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