miércoles, 30 de julio de 2008

Apadrina a un mamarracho

Imagen obtenida en Periodista Digital.

mamarracho.
(Del
ár. hisp. *muharrá o *muharrí, y este del ár. muharri, bufón).
1. m. coloq. Persona o cosa defectuosa, ridícula o extravagante.
2. m. coloq. Cosa imperfecta.
3. m. coloq. Hombre informal, no merecedor de respeto.
(Real Academia Española)


El concejal de ICV-EUiA (sabrá Dios qué partido es ese), Lluís Suñé, ha publicado en su blog la mamarrachada que ilustra la entrada de hoy. En ella hace burla de Extremadura proponiendo el apadrinamiento de niños de nuestra región, puesto que no tenemos bastante con el 8,7% del PIB catalán.
Semejante individuo debe ser mandado a paseo de vehementi, y recomendamos su inmediata afiliación a Mamarrachos sin Fronteras.

martes, 29 de julio de 2008

Levanten el pie, ¡ar!


El ministro Sebastián, agotada la posibilidad de reducir energía suprimiento el uso de la corbata, por cierto, qué tontería, más calor mete la chaqueta, ha decidido que ahorremos obligándonos a reducir la velocidad un 20% en determinados tramos de carretera. Eso, sí señor, a fastidiar la movilidad, reduciendo limitaciones prudentes hasta el punto de llenar de tortugas el asfalto.
Ea, demagogia por demagogia, propongo que los grandes Audis oficiales no vayan a todo trapo por las vías públicas. (Hombre, no fastidie, eso es por seguridad). Vale. Pues que en vez de tener parques móviles con decenas de vehículos se conformen con la mitad, y vayan a los consejos de ministros en autobús. (Usted es tonto, eso también va contra la seguridad, además es el chocolate del loro).
Bueno, pues supriman ministerios inútiles, como el de la Igualdad o el de la Vivienda, que sólo sirven para pergeñar enredos y tonterías. (Usted es un facha, cómo van a suprimir el Ministerio de la Igualdad, germen de políticas sociales o el de la Vivienda, tan necesario en los tiempos que corren).
Probemos con otra cosa: dejen de derrochar en fastuosas sedes ministeriales y júntense todos los ministros en un despacho de 100 metros cuadrados con diez o doce mesas. Así se ahorra energía de todo tipo. (Dedicidamente, usted es un demagogo de los cojones. Qué cruz, señor).
Bueno, entonces no nos queda otra: nos seguimos fastidiando los de siempre, los que viajamos en nuestro vehículo, sufrimos los atascos y el precio del combustible y todas las perrerías que nos quieran hacer los gobiernos. Y además, a paso de burro. Mientras tanto, un Gobierno central y 17 taifas deben seguir al ritmo que siguen por dignidad y por seguridad. (Cállese ya, cenizo, facha, analfabeto).
Vale, ya me callo. Hoy, a pesar del calor, me pondré una corbata bien bonita. Porque me sale de las narices, ea.

sábado, 12 de julio de 2008

Historia del hospital de Zafra: último capítulo


A finales de mes se cumplirán, cosa curiosa, nueve meses desde que me puse a redactar, tras dos años de investigación, mi trabajo sobre la historia del controvertido hospital zafrense. Lo titulo "Hospital de Zafra, apuntes para una historia".
Ayer empecé a escribir el último capítulo; aún tengo que hablar con algunas personas y preparar un cuestionario que amablemente se ha ofrecido a contestarme Guillermo Fernández Vara, actual presidente de la Junta. Pero lo grueso está hecho, a falta de algunos retoques.
El trabajo no ha sido fácil, aunque he contado con la inestimable colaboración de muchos; los citaré en su momento. Algunas fuentes documentales están inaccesibles, de otras no se me ha permitido la consulta, pero creo que se recogen fielmente los hechos. He contado, además, con testimonios que agradezco muy especialmente, como el de Enrique Sánchez de León, que me atendió magníficamente y contestó con sinceridad a mis preguntas; o los de Licinio de la Fuente, ex ministro en los gobiernos de Franco y Romay Beccaría, ministro de Sanidad con el PP, así como con los de los ex alcaldes de Llerena Francisco Alvear y José Vázquez, que muy amablemente me atendieron en su localidad.
Espero conseguir que el trabajo vea la luz en forma de libro, allá por noviembre, cuando se hayan cumplido tres años desde que me empeciné el proyecto, al que he dedicado innumerables horas, un puñado de miles de kilómetros y no poco numerario soportado por mi peculio.
Les confieso que, aunque ha sido un trabajo intenso, al que he tenido que rendir mis horas libres y vacaciones, me lo he pasado de órdago. Ustedes perdonen.

viernes, 4 de julio de 2008

Me sumo al manifiesto

Cuando vemos a diario cómo los nacionalismos arrementen contra la lengua española o castellana, nuestra seña de identidad más útil, herramienta para la comunicación
que no sólo es un activo cultural sino de desarrollo social y económico, aparece Zapatero en otra de sus iluminadas intervenciones y pide al PP que no haga con la lengua lo que con la bandera. Ecce homo, ZP en estado puro, de nuevo con la huera retórica, con la consigna que reza que la derecha se apropia de los símbolos de la nación y ahora también quiere hacerlo con nuestra lengua milenaria.
Colegiré que todos los españoles que últimamente han pululado por las calles de Austria, los que han acudido a los estadios, los que se han remojado en las fuentes, los que han pintado sus rostros en son de juerga futbolera con los colores nacionales, son del PP. Por supuesto, todos los comerciantes a los que exigirán el uso de los idiomas autóctonos, todos aquellos que padecen la preterición de la exigencia constitucional sobre la lengua castellana o española, los niños que ven y verán mermada su formación en aras de una identidad que sólo pretende disgregar, son todos del PP.
Mejor debiera el presidente del Gobierno garantizar los derechos constitucionales, que no van contra nadie sino a favor de todos, y dejarse de zarandajas. Claro está, mientras habla de esto seolvida de la crisis, a la que teme llamar por su nombre, como aquellos que a las serpientes y culebras llaman bicha. Lagarto, lagarto.
Bueno, pues un humilde servidor, usuario de la lengua castellana o española, seguramente maltratador de ella por su torpeza con la pluma, aunque no de modo voluntario, se suma al manifiesto por la lengua común y pide a Dios que alguien quite tantas tonterías de la cabeza al personal.