domingo, 29 de abril de 2007

¿Cuánto nos cuesta el Rey?


Leo en ABC del viernes 27 un magnífico artículo de Íñigo Moreno, Marqués de Laula, en el que bajo el título "El mejor ahorro, un Rey", pasa revista a cuánto nos cuesta a los españoles la Casa del Rey, y establece una comparación con lo presupuestado para diversos jefes del Estado en otros países. Fusilo los datos, y los transcribo a continuación:

España, 9.050.000 euros, es decir, 0,21 € por español.
Alemania, 21.600.000 €, 0,26 por alemán.
Francia, 30.500.000 €, 0,50 por francés.
Reino Unido, 54.000.000 €, 0,91 por británico.
Italia, 425.000.000 €, 7,46 por italiano.

No hay color. Además, el articulista valora las ventajas de ahorro en elecciones, con un coste enorme y, sobre todo, la estabilidad institucional.

No son malos argumentos para que los que ya somos monárquicos afiancemos nuestra fe en la Monarquía española. Y si a algún republicano sirven los datos, pues mejor.

sábado, 28 de abril de 2007

Buena promoción



La popularísima Carmen Sevilla ha visitado Zafra con ocasión de la proyección de la película "La cera virgen", de la que fue protagonista hace más de tres décadas, y que se rodó aquí. El pase del filme se enmarca dentro de los actos de la celebración del CXXV aniversario de la concesión a Zafra del rango de ciudad, por Alfonso XII.


Aprovechando que tenía que venir, el equipo del programa de TVE1 "Cine de Barrio" ha elaborado un reportaje que, aunque bastante tópico, creo que es una magnífica promoción. No sé a cuánto ascenderán los gastos de los diversos actos que las celebraciones del aniversario supondrán al erario público. Pero, desde luego, un programa promocional, en una cadena como Televisión Española, debe costar un pico. Tal vez no fuera posible pagarlo.

Por eso me parece que Zafra ha disfrutado de un buen rato de presencia, a un coste quizá ínfimo. Nuestro potencial turístico, creo, ha encontrado un buen aliado en la visita de Carmen Sevilla. Ahora lo que falta es que desde aquí ayudemos un poco, y tengamos Zafra limpia, sin baches...

martes, 24 de abril de 2007

Mi trocito de bandera


Tengo un amigo que acude con regularidad a las inauguraciones de obras públicas en Extremadura, especialmente a las de los tramos de la autovía “Vía de la Plata”. Como sabe de mi especial debilidad por esta infraestructura, de vez en cuando me trae un trocito de la cinta con los colores de la bandera que las autoridades han cortado, y el consiguiente folleto informativo.

Mi especial querencia por esta autovía viene de una, para mí, feliz coincidencia: a finales de septiembre de 1996, cuando el que esto escribe acababa de ser nombrado secretario local de mi partido, el presidente Aznar visitó Zafra. Aquí anunció que la prometidísima carretera sería una realidad. Y un servidor, que siempre ha creído, y sigue creyendo, en la palabra de Aznar, defendió las intenciones del Gobierno.

No fue cosa fácil, claro, porque el PSOE se dedicó en cuerpo y alma a criticar la falta de voluntad política, la insuficiencia de fondos, las demoras, etcétera, etcétera. Todo ello, claro, con franco olvido de las promesas que, cuanto menos desde principios de los noventa, hizo el Gobierno socialista respecto de la conversión en autovía de la Nacional 630, sin que se moviera un solo centímetro cúbico de tierra.

El hecho es que la autovía está ahí, beneficiando a todos. Y, por mi parte, me siento orgulloso de que nos vayamos incorporando al progreso con infraestructuras de este calibre. De modo que, a pesar que las manos que han usado las tijeras para cortar la banderita no sean las que uno hubiera deseado, bienvenida sea –electoralismos aparte, claro– la puesta en marcha del último tramo, y mi cachito de tela queda archivado con todo cariño.

lunes, 16 de abril de 2007

Los huesos de Quevedo


Han identificado, con las técnicas forenses adecuadas, los huesos que sostuvieron, mal que bien, a Don Francisco de Quevedo, y que reposan en Villanueva de los Infantes. Propongo un pequeño homenaje y para ello rescato algunos fragmentos que me gustan particularmente.
Nota: por algún motivo que desconozco, creo que los versos no estan bien recogidos, y no no consigo separar algunas estrofas. Ruego disculpen, cosas de la técnica.


Epístola satírica y censoria contra las costumbres presentes de los castellanos (fragmento)

No he de callar, por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.

¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Amor constante más allá de la muerte
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;

Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:

Su cuerpo dejará no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado
Miré los muros
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
Soneto amoroso definiendo el amor
Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo,
enfermedad que crece si es curada.

Este es el niño Amor, éste es tu abismo.
¡Mirad cual amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo

lunes, 9 de abril de 2007

PCE, 30 años.


Se cumplen hoy 30 años de la legalización, tras la apuesta por la democracia de S. M. el Rey y el Gobierno Suárez, del Partido Comunista de España. Coincido con quienes consideraban imprescindible que los comunistas participaran en la construcción del nuevo Régimen. Es motivo de orgullo que la Transición española posibilitara que Santiago Carrillo pudiera acceder a las instituciones y que su partido participara en ellas con normalidad.

La normalidad es esa: que cada cual, con sus principios e ideas, participe en el trabajo del bien común.

Por eso, hoy que celebramos este aniversario, me entristece recordar las afrentas que venimos sufriendo los que nos consideramos de derechas y pertenecemos al PP. Ya saben: cordones sanitarios, asimilación a fantasmas del pasado, etc. Lo cierto es que quien permitió que el PCE fuese un partido legal fue la misma derecha, la que ansiaba una democracia plena, la que quería evolucionar desde el régimen del general Franco a la monarquía parlamentaria del Rey, que hoy nutre al Partido Popular.

Aquí todos cabemos menos los terroristas y sus socios. De modo que, si es posible, un poco de prudencia, por favor.