sábado, 31 de enero de 2009

Un rato en Fitur

No faltan las curiosidades en esa especie de ONU del turismo que es Fitur. Fíjense en la fotografía: el stand de Israel lindando con Irán y con Marruecos, y rodeado, aunque no se aprecie en la imagen, de otros países del ámbito árabe. Cada uno a lo suyo, ocupados en despachar material promocional y en hacer negocios, si les es posible. Por cierto, la foto es del viernes, Día de la Paz.
Ciertamente, la edición de este año ha sido floja, a ojos de un visitante que ya conoce bastantes ediciones del certamen. Ignoro, en términos de negocios, cómo habrá acabado la cosa. Ha habido menos pabellones y en alguno de ellos se apreciaban extensos huecos.
Más curiosidades relacionadas con el turismo. En ABC de ayer aseguran que la comunidad de Madrid recibió más de 9,2 millones de turistas, cifra cercana al récord de 2007, cuando la cifra superó los 9,3 millones. Lo que me llama la atención es que Ifema, la entidad ferial, es el lugar más visitado, con 4,5 millones de personas, lo que da cuenta de la importancia económica de las ferias madrileñas. Le sigue, muy de lejos, el Museo del Prado, con 2,1 millones. El Palacio Real acoge a 883.000 visitantes, y el Museo del Real Madrid a 545.000, más que el Monasterio de El Escorial (521.000) y que el Valle de los Caídos (402.000).

martes, 20 de enero de 2009

Good luck, Mr. President


Ea, pues ya es presidente Obama. Ahora lidera la más poderosa nación del mundo, lo que supone que sus aciertos o errores tendrán repercusión en el resto de los mortales. Le deseo, por eso, buena suerta y buena vista.
De momento, de su discurso tras el juramento, en un tono que me recuerda mucho a los filmes de Hollywood, destaco su referencia a lo necesario de la pervivencia de los valores de la sociedad americana, bastante coincidentes, en mi opinión, con los de la vieja Europa. Me recuerda un tanto al Sarkozy de Bercy. Y, por supuesto, su llamamiento a una lucha sin tregua para superar los retos que esperan. Entre ellos, y no es moco de pavo, están la política de seguridad nacional y la exterior. Sobre ésta última cabe preguntarse si, más allá de gestos o cambios cosméticos, la presencia norteamericana seguirá siendo el principal bastión de la defensa de la seguridad de Occidente, y en qué grado exigirá el compromiso de los aliados en esa tarea.
Ahora quedan cuatro años por delante. Tiempo tendremos de ver cómo funciona la cosa. En todo caso, y mal que les pese a muchos, los Estados Unidos son una formidable nación con una democracia a prueba de bombas. Y Obama, no lo olvidemos, es, ante todo, americano. Dios se la depare buena, míster Obama. Y eso, buena suerte.

lunes, 19 de enero de 2009

Una curiosidad

De vez en cuando me da por hojear/ojear revistas que conservo desde hace algunos años. Es un repaso a nuestra historia reciente en el que refresca uno acontecimientos que van quedando olvidados y que, en muchos casos, fueron de relevancia.

En una de estas incursiones, espigando entre las páginas de un especial de Tiempo, publicado en 1992 con motivo de su 10º aniversario, me tropiezo con la publicidad de Paradores que reproduzco. Utilizan como imagen la del patio del de Zafra, con algún pegote en el ángulo inferior izquierdo.
Me ha llamado la atención el uso de la fotografía de Zafra, en un año tan relevante y turístico como el 92. Bonita campaña.
Por cierto, ahora estamos a días de FITUR. Creo que este año la presencia de políticos locales va a ser mínima o inexistente. Bueno será que aprovechen para reflexionar sobre cómo se puede estar presente en el certamen de un modo más provechoso para Zafra. Y no me refiero a la presencia física de concejales, sino a una adecuada proyección institucional de los valores turísticos de la ciudad. En todo caso, un servidor tiene previsto acudir a darse un garbeo. Ya les contaré cómo está el ambiente.

domingo, 18 de enero de 2009

Mingote, 90 años



Cumple hoy Antonio Mingote 90 años, 55 de los cuales ha dedicado, a diario, a publicar sus viñetas en ABC. 20.280, exactamente, desde que empezó sus colaboraciones el 19 de junio de 1953. He escogido para ilustrar la entrada de hoy la que publicó en 1955 y rescató el 30 de enero de 2007. La conservo recortada y creo que no pierde actualidad. Por mi parte, transcribo a continuación un artículo que publicó Ambrosio de Argüelles hace unos cinco años, esperando no le moleste que piratee su texto. Todo sea en homenaje a nuestro Mingote, al que ambos admiramos sin límites, y cuyo apellido da título al artículo. Allá va. Muchas felicidados, don Antonio, y que Dios le guarde.

En un reciente viaje a Madrid he tenido el privilegio de acudir a la exposición que conmemora los 50 años del trabajo en ABC del humorista y académico. En ella se pueden contemplar cientos de dibujos del maestro, fruto del trabajo y del ingenio más agudo.
Por cierto, como Mingote trabaja para ABC, periódico del que soy asiduo lector hace décadas, no quiero dejar de referirme a este medio, que ahora celebra su centenario: en mi modesta opinión es un referente claro de humanismo, liberalismo, buen gusto y defensa inteligente de la monarquía española. Para mí que es toda una escuela.
En fin, vuelvo al tema de hoy. Dicen que los chistes de Mingote son auténticos editoriales y no seré yo quien lo ponga en duda. En pocas palabras y con unos cuantos trazos nos retrata la realidad, nos hace reír, sonreír, pensar y, si se tercia, hasta llorar. No necesita de muchas cuartillas para darnos sus argumentos y convencernos; su pensamiento, su razón, su profundidad, se hacen obvios de un solo vistazo. Y este pensamiento es lúcido, vital, intenso y siempre actual.
De entre sus historietas me quedo con algunas relacionadas con las libertades o con la cosa política, como esa del troglodita que, aplastado por una enorme piedra (excepto la cabeza), tiene que soportar cómo otro coetáneo le espeta algo así como que claro que tiene libertad de pensamiento, que no ve que le pase nada en la cabeza. Sencillamente genial.
Otras me resultan inquietantes, como esa serie de dibujos en los que se hacen protagonistas unas escaleras que no conducen a ninguna parte, como no sea al vacío, al caos, a la nada del principio o al principio de la nada. Reales, quizá, como la vida misma.
Pero de entre todos los dibujos de la exposición quiero destacar uno que me impresionó: un albañil aparece sentado en lo alto de un edificio en construcción, con sus piernas colgando en el vacío, entre un bosque de columnas de hormigón armado. Se ve al hombre tranquilo, plácido, sosegado, se diría que discretamente feliz. Junto a él, entre tanta uniformidad, una pilastra rematada con un capitel clásico, creo que corintio.
Este dibujo me llegó al alma. Para mí que el punto de rebeldía y creatividad del humilde albañil es, quizá, el ideal del minuto de gloria que todos buscamos. O tal vez, una alegoría de la búsqueda de la belleza como contrapunto a la mediocridad imperante. Acaso un sueño, una ilusión sin sentido; o, más bien, el aura de un espíritu que quiere volar. O, si les parece, búsquenle cualquier otra interpretación.
Pero el obrero se sienta y descansa; ha dado de sí más de lo que se espera. Es más, algo radicalmente distinto a lo que de él se espera en su faena monótona. De lo gris ha obtenido belleza. En un universo de encofrado ha esculpido armonía y clasicismo. Y todo ello nos lo insinúa el artista sin necesitar de una sola palabra.
La releche. Bendita ilusión. Bendito Mingote.

sábado, 17 de enero de 2009

El sari rojo

Acabo de leer el último libro de Javier Moro, sobrino de Dominique Lapierre, de quien creo que ha heredado una agilidad narrativa que cautiva.
Al hilo del matrimonio entre la italiana Sonia Maino y el hijo de Indira Gandhi, Rajiv, nos retrata Moro la historia humana de los Nehru-Gandhi, familia referente en la India, que lideró y lidera desde hace décadas el Partido del Congreso y de la que tres de sus miembros (el pandit Nehru, Indira y Rajiv), presidieron el Gobierno. Describe magníficamente el drama familiar y político de un modo fresco y dinámico, de tal modo que las quinientas y pico páginas del tomo pasan volando y llegan a hacerse cortas.
Conocía algo sobre el enorme y contradictorio país a través de Esta noche la libertad, de Lapierre y Collins, de La Ciudad de la alegría, de Lapierre y de Pasión india, del propio Javier Moro, todos ellos apasionantes best-sellers. Pero conocer desde dentro la vida y entresijos de la familia Gandhi, marcada por la tragedia, creo que arroja mucha luz sobre cómo son y cómo funcionan las cosas políticas en la India, impecablemente democrática, avanzadilla actual de la tecnología y, sin embargo, plagada aún de paupérrimos ciudadanos.
Es curioso, ahora que cito estos libros, el paralelismo que existe entre la independencia de la India (1947) y la de Israel (1948), que tan amenamente narraron Lapierre y Collins, en Esta noche la libertad y en Oh, Jerusalén, respectivamente. En ambos casos, la potencia colonial es la Gran Bretaña, en ambos no se consigue un acuerdo territorial razonable entre dos comunidades antagonistas, en ambos se desencadena una guerra brutal y sangrienta y en ambos los conflictos perviven a través del tiempo.

viernes, 16 de enero de 2009

Agüita del Hudson


Conservo una página de ABC de hace un par de años que me llamó sumamente la atención. Decía el rotativo que seis premios Nobel eran de un pueblo de ocho mil almas, cercano a Nueva York, llamado Husting-on-Hudson. Desde entonces me ronda las mientes la idea de escribir alguna cosilla sobre las virtudes del agua del río norteamericano que presta su nombre a la localidad y que debe de tener algún elemento que alimente las neuronas.
Pero claro, con lo del avión se me ha fastidiado el invento, porque a las hazañas intelectuales de los ocho galardonados de Husting-on-Hudson se superpone ahora la proeza del piloto que ayer tomó agua limpiamente dejando a su centenar y medio de viajeros sanos y salvos, aunque ateridos y sin duda de los nervios, y mecidos por la corriente.
De estas, pocas. De modo que elevemos al comandante y a su tripulación a la categoría de sabios del aire, y hagamos votos porque las aguas benéficas y salvíficas del Hudson se embotellen y se distribuyan siquiera para asperjarnos de vez en cuando sobre la testa, que algo se pegará. Enhorabuena, y¡marchando una garrafa para La Moncloa!

viernes, 2 de enero de 2009

Doble expectativa

Me resulta ya aburrido el debate sobre el liderazgo de Rajoy. Las encuestas parece que no avalan su despegue y no tardan en acudir quienes predican que hace falta un cambio, no sé si de líder o de orientación, en el PP.
Por mi parte, me limitaré a insistir en que el liderazgo de Rajoy, legitimidades aparte, viene asentado en una doble expectativa: en primer lugar, la moderación como expresión de ese lugar que en política se ha dado en llamar el centro, punto de encuentro (iba a decir meeting point, que queda más chulo, pero me avengo al español) de muchos que puden decidir destinos electorales. La segunda: la capacidad de gestionar adecuadamente un gobierno que afronte con garantías de éxito las cosas de España.
De modo que un servidor sigue apoyando a Rajoy, bien entendido que, como no soy sospechoso, votaré y apoyaré, me guste más o menos, a cualquier otro (u otra, oiga) que presente el PP para gobernar España. A todos los posibles candidatos, al día de la fecha, les reconozco al menos capacidad de dar satisfacción a la segunda expectativa.
En todo caso, quizá otro día me anime a comentar algo sobre listas abiertas, disciplinas de partido y otras cositas así, tan entretenidas.