miércoles, 9 de septiembre de 2015

Boicoteadores de Coca Cola

Como consecuencia de algunos despidos en embotelladoras de Coca Cola en España, unos avispados defensores de la clase obrera iniciaron, hace meses, una campaña en contra del consumo del refresco que antes era americano y ahora, pese a quien pese, universal. Incluso en la tapa del ordenador portátil de uno de los líderes de Podemos veo una pegatina invitando al no consumo. Es decir, al boicot.
Leo hoy en la prensa que un concejal de distrito de Madrid ha prohibido el rodaje de un anuncio publicitario en unas instalaciones municipales.
Dejando de lado si las embotelladoras son o no la propia marca; ignorando si el Ayuntamiento madrileño dejará de percibir alguna tasa por el rodaje; sin detenerme en si algunos de los despedidos ha sido readmitido, me pregunto:
1.- ¿La protesta no viene porque han despedido a trabajadores?
2.- ¿Si los consumidores no compran el refresco, no habrá más despidos?
Una vez más, los lumbreras nos guían por el camino de la perfección. No sé si será porque el refresco es americano, y eso choca con la ortodoxia de los nuevos salvadores de la Humanidad. En la película de Wilder, Uno, dos, tres, al menos eran más divertidos.
Me recuerda todo esto a las inteligentísimas campañas que proclaman no consumir productos catalanes: ¿quién pagará el paro de los despedidos por la caída de consumo? Me pregunto.