lunes, 25 de febrero de 2013

Aprendan de Quevedo, por ejemplo...

Aprendan de Quevedo, por ejemplo...
Hay majaderos que se creen muy graciosos porque hilvanan ripios ofensivos, amparados en el anonimato, y otros aún más majaderos que les ríen las gracias. Ahora pululan por la Red estos aficionados al libelo de mal gusto, y con no poca frecuencia me llegan chascarrillos en los que la ortografía ocupa un lugar secundario y el buen gusto desaparece por completo, de la mano del ingenio, que ni está ni se le espera (¡Ay, don Sabino, a quien Dios tenga en su gloria, qué buena aportación dejó usted al lenguaje!) en esos presuntos versos.
Estos soeces y mequetrefes malgastan su tiempo en arremeter contra la familia real, desde el primero al último de sus miembros, sin reparar en vulgaridades.
Para corregir su incuria, deberían de tomar algunos ejemplos. Lean, lean, las Coplas del Provincial o las de Mingo Revulgo. Tienen bastante más enjundia, hombre. O sigan a Quevedo, que algo aprenderán. O vayan a Cádiz por carnavales. O vayan al mismísimo tártaro. Simples.

miércoles, 20 de febrero de 2013

Bonita fotografía

En esta España de nuestras entretelas no faltan ocasiones para llevarnos las manos a la cabeza. Y no siempre las encontramos espigando entre el comportamiento de los políticos, que ahora andan en horas bajas por los errores y horrores de muchos, y por la generalización del desprecio entre la ciudadanía para con nuestros representantes. En todas partes cuecen habas. Ahora resulta que en un instituto de Andalucía alguien ha colocado una fotografía del ministro Wert con un arreglo tal que aparece con dos tiros en la cabeza. Bonito, bonito, sí señor. Según escuché en la radio, la jefe de Estudios dice que eso anda dentro del ámbito de la libertad de expresión.
Qué quieren que les diga. Eso ha ocurrido en un instituto de Educación Secundaria. Me parece que más bien, visto lo visto, pudiera antojársenos que es un instituto donde lo secundario es la educación. Al menos por cuanto respecta a quien consiente semejante mamarrachada.
No hace falta ir a Salamanca, creo, para comprender que cosas de tan pésimo gusto no deberían tener sitio en centros educativos. Lo mismo me da, que quede claro, que la foto sea de Wert, o de Rubalcaba, o del muy democrático Sánchez Gordillo. Nadie debe verse sometido a tan ordinaria ofensa.
Pero, en fin, no hay quien nos libre de los extremismos. Eso nos lleva a que las mochilas de los escolares puedan llenarse con total impunidad de las demagogias más estúpidas. Al socaire de la libertad de cátedra, todo quisque puede colar, con aerosol o a lo bestia, doctrina en las clases, o en los pasillos, o en los recreos. Se pide tantas veces enseñanza laica, como si se impusiera a alguien estudiar Religión o como si los institutos estuvieran dirigidos por curas, que se olvida, entre la bruma ideológico-demagógica, exigir una escuela neutral. Digo yo que los padres también tendrán derecho a que sus hijos no reciban en la escuela pública dogmas políticos que no se adecuen a sus escalas de valores. Estorban los crucifijos, no las imágenes asquerosas, como la de la foto comentada. Todo muy progresista, claro.