domingo, 20 de diciembre de 2015

Feliz Navidad

Adoración de los pastores. Bartolomé Esteban Murillo. Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Feliz Navidad y próspero año 2016.

martes, 15 de diciembre de 2015

Cuando un candidato renuncia

Ayer se sustanció el debate entre el excandidato a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, y el actual presidente, Mariano Rajoy. Digo excandidato porque Sánchez renunció por completo a sus aspiraciones a la presidencia. Su objetivo fue nítido: mantener a toda costa la segunda posición que le anuncian las encuestas más favorables, evitando la sangría de votos por la izquierda que convierta en realidad lo que pronostican las más desfavorables. Un candidato real, convencido de sus aspiraciones, no hubiese utilizado el estilo bronco y faltón, ni hubiese recurrido a la descalificación personal: habría rebatido los argumentos de su oponente con convicción y con otros argumentos, sin la constante interrupción al presidente. Pero para Sánchez no había otro objetivo que exhibir permanentemente su leitmotiv, la corrupción. Claro, no supo explicar por qué no apoyó ninguna de las leyes aprobadas contra esta lacra. Eso, para él, no tiene mayor importancia.
Pedro Sánchez, ayer, privó a los espectadores de un debate auténtico. Bien es cierto que no hay nada mejor que el análisis del comportamiento de los políticos en el día a día, pero quizá algunos indecisos hubiesen movido su voto. El excandidato Sánchez fue a cargarse el debate desde el primer momento, porque a él no le interesaba confrontar ideas, y buscó siempre sacar a Rajoy de sus casillas, algo no muy fácil, porque este es hombre pacífico y, por si fuera poco, gallego. Y cuando lo consiguió oyó lo que quizá no quisiese.
El Partido Socialista, en mi opinión, tiene varios adversarios: Rajoy, por supuesto. Más intensa e inmediatamente, Podemos y Ciudadanos. Y, ante todo y sobre todo, el principal obstáculo que el PSOE tiene enfrente no es otro que Pedro Sánchez, su actual secretario general. El tiempo dará o quitará razones.