sábado, 26 de agosto de 2017

De camino a Santiago (VI)


La novena etapa de esta tanda ha concluido en Zamora. Desde Villanueva de Campeán hasta la capital de la provincia hemos andado algo más de 20 kilómetros. Aprovechamos la tarde y la mañana siguiente para patearnos la ciudad, desconocida para nosotros... Y para muchos, según nos dice el recepcionista del hotel, que cree que se debería hacer más promoción. La verdad es que se lleva el peregrino una grata sorpresa: remata el esfuerzo de nueve días en una localidad hermosa, bien cuidada, con amplia oferta monumental y gastronómica. Me permito ponerles aquí unas fotografías, correspondientes a algunas cosas de Zamora que me han llamado la atención. Si desean conocerla mejor, consulten alguna publicación especializada y, mejor aún, visítenla si pueden: aunque nosotros hemos precisado de 14 jornadas para llegar, en coche se planta uno en un pispás, cuatro horas y pico por la magnífica autovía A66.

Panorámica de la catedral

Vista del peculiar cimborrio de la catedral

Vista parcial del parque junto al castillo y la catedral (al fondo)

El castillo de Zamora, junto a la catedral, las murallas y el parque que embellece la zona, constituyen un conjunto que merece la pena visitar. Lo hacemos al atardecer y en las primeras horas de la mañana, con escaso tránsito de visitantes, y disfrutamos del lugar, de las vistas, de lo cuidado del entorno, en el que no encuentra uno un papel en el suelo a pesar de que al mismo lado de la catedral han instalado un graderío portátil y asientos de plástico para que el público asista a unas proyecciones. El personal no ha dejado restos. Todo impecable.


Curiosa decoración, sí señor.





Nos llama poderosamente la atención la decoración de algunas casas con partes derruidas. En vez de dejar la ruina a la vista, se han preocupado de decorarlas con dibujos de cierta espectacularidad, lo que hace que el peatón se detenga, curioso, a contemplar el trabajo del artista. Nada que ver con los garabatos que profanan fachadas, escaparates o mobiliario urbano.










Otro dibujo en una fachada



Y otra artística decoración
Qué diferente sería esta parte del edificio, que ha sido derruida, sin las pinturas que embellecen la pared.

Y ahora, un poema de Lope
Miren, lo fotografiado aquí es una tapia de obra, en el acceso a un solar. En vez de servir el muro para pegar carteles y para dejar necedades escritas, lo han rotulado con unos versos de Lope.

Aquí nació Santiago Alba


Pateando la ciudad damos con la casa natal de Santiago Alba, abogado, periodista, varias veces ministro con Alfonso XIII. Tras el golpe del marqués de Estella cruzó la raya de Francia, y cuando fue llamado para presidir el Gabinete, después de la caída de Dámaso Berenguer, declinó el ofrecimiento. Ya en la República militó en el Partido Radical y llegó a presidir las Cortes.





Merlú
Llaman Merlú a una pareja de nazarenos, provistos de tambor y cornetín, que convocan a los penitentes: se reúnen todos en la Plaza Mayor, en número de unos seis mil, según dice el Internet. Debe ser espectacular la Semana Santa zamorana.
En la plaza es una gozada tomar un aperitivo o cenar, en un ambiente concurrido pero no escandaloso, frente a la iglesia de San Juan, en la que está la escultura fotografiada.

Patio del Parador
Siempre es una buena opción visitar los paradores, tomarse un café, disfrutar de sus edificios monumentales. Hacemos lo propio en este palacio, que perteneció a los condes de Alba y Aliste.

Viriato
Los zamoranos tienen a Viriato, terror romanorum, como paisano. Frente al palacio que ocupa el parador de turismo se levanta esta estatua.

Oficina de turismo



Zamora pertenece a la Red de Cooperación de Ciudades de la Vía de la Plata, como afortunadamente ha vuelta a hacer Zafra.
En la fachada de la oficina de información turística conmemoran el vigésimo aniversario de la asociación de municipios.







Ustedes lo pasen bien
En fin, el día 15 a primeras horas de la tarde tomamos el ALSA y volvemos a Zafra. Hubiese preferido hacerlo en tren, pero ya hace muchos años que no existe el Ruta de la Plata. Lástima.
Habíamos empleado la mañana en re-pasear Zamora y, feliz coincidencia, les diré que cuando salíamos del hotel bien temprano para disfrutar de la jornada con tiempo para todo, nos encontramos al grupo de peregrinos italianos al que se había unido una española, del que ya les hablé anteriormente. Bonita casualidad volver a verlos. Nos despedimos, ellos siguen hasta Compostela, nosotros volvemos. Buen camino.

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