sábado, 21 de julio de 2007

Los tiempos cambian (VIII)

Hoy sería inconcebible (e ilegal) que chavales con 10 ó 12 años ya trabajaran. Pero hace 40 años era frecuente el abandono de los estudios, bastaba con saber leer y escribir discretamente y conocer "las cuatro reglas"; a partir de ahí, el trabajo era la salida inmediata. Los chicos se colocaban de aprendices y contribuían al sostenimiento de la familia.

Ahora los estudios son obligatorios hasta los 16 años. Las oportunidades se multiplican. Los medios crecen. Eso sí, el resultado tras la LOGSE no parece el más alentador. Las exigencias parece que no son demasiadas y el estudio, que creo que es un camino de esfuerzo, no parece que se aliente demasiado desde determinadas instancias. Fracaso escolar, violencia en las aulas, desánimo, son consecuencias inevitables.

En fin, a tiempos distintos, problemas distintos. Antes muchísimos chavales se iban de aprendices. Ahora muchos permanecen obligados en las aulas sin ninguna motivación ni aprovechamiento. ¿Es óptima la edad de 16 años como obligatoria para permanecer en el sistema educativo? Quizá sí. Pero permanecer no debe significar vegetar ni estorbar. Digo yo.

(Imagen, periódico "Hoy" del 28-7-68)

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