lunes, 5 de noviembre de 2007

En la muy española Ceuta

Felizmente, SS. MM. han iniciado hoy la primera etapa de su viaje a nuestras ciudades autónomas con una emotiva escala en Ceuta, donde han llegado, como dice el Presidente de la ciudad, "cruzando el Estrecho, pero sin salir de España". Por fin ha podido ser realidad una visita que tanto significa. Ceuta, en palabras del Rey, "mira al futuro con la confianza y el respaldo de todos". Futuro, confianza, respaldo. Cuánto deben de agradecer los ceutíes y melillenses tan inequívocos pronunciamientos.

No siempre eschuchan lo mismo. Los hay que no entienden que nuestras ciudades de más allás del Estrecho son tan españolas como Guadalajara, Toledo o Zafra. Hace un par de años, Amadeo de Argángary publicó un artículo sobre la cuestión, que a continuación transcribo, aunque con los Reyes en tierra española en África todo se ve mejor. (Nota: la imagen que ilustra esta entrada es la portada de hoy de El Faro de Ceuta).

Por favor, dejen en paz a Ceuta y Melilla, por Amadeo de Argángary

"Nuestros compatriotas de Ceuta y Melilla no deben de llevar, supongo, la más cómoda de las existencias. El Estrecho es realmente ancho y dificulta la circulación con el resto de España. Pero esto es mera geografía y ahí sólo pueden poner remedio gigantescos movimientos tectónicos, cuestión de cientos de miles de años, o costosísimas obras de ingeniería, de las que algo se ha hablado.

Padecen, además, a quienes desde el limítrofe Marruecos no cejan en el empeño de violentar las fronteras, lo que supongo que da lugar a ciertas tensiones de todo tipo. A todo lo anterior deberán sumarse las dificultades propias de cualquier ciudad española: urbanísticas, sociales, etcétera.

Vamos, que como no tienen suficiente, necesitan más problemas, y de proporcionarlos se encargan algunos espabilados, como los inefables separatistas de ERC, que hace unos meses (ya me referí a ellos en un artículo anterior), proponían que en Ceuta y Melilla fuera lengua oficial el bereber. Y últimamente nos enteramos que en Venezuela, al socaire del amoroso abrazo de Chávez, se ha celebrado el denominado “Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes”, con contenidos, según la propia organización dice, “político-culturales” y, por supuesto, “anti-imperialistas”.

En ese festival se ha firmado un documento en el que se exige la entrega de nuestras dos ciudades en África a Marruecos. Textualmente, dice “Nos pronunciamos en solidaridad con el pueblo y la juventud de Marruecos en su lucha por la liberación de Ceuta y Melilla, ocupadas por España” ¡Toma ya! La juventud progresista no tiene otra cosa mejor que hacer que subvertir la soberanía española. Hasta aquí podríamos pensar que esto es un calentón de gentes arrobadas ante los líderes libertadores que todos conocemos. Gentes, cómo no, admiradoras de Castro, Chávez, Ortega y otros tantos.

Pero no, no queda ahí la cosa. Resulta que ese festival también ha contado con delegaciones españolas. Conozco que de Córdoba y Sevilla, por lo que he leído. Curiosamente, en las dos ciudades andaluzas, el concejal de juventud es de Izquierda Unida. Y, en ambos casos, los viajes han sido costeados por las arcas municipales. La agitación y propaganda sigue funcionando impecablemente en nuestra izquierda. En este punto, conviene preguntarse si los delegados españoles han protestado ante el documento mencionado, despropósito mayúsculo. Hubiera sido de esperar la manifestación inmediata de desacuerdo, sobre todo, por los concejales.

Inmediatamente hay que hacer otros planteamientos: ¿es legítimo que los ayuntamientos, es decir, los ciudadanos, financien estos viajes a eventos de claro sesgo ideológico? Si es así, ¿tendremos que pagar, si lo solicitan, a jóvenes de ideología contraria que acudan a reuniones o actos de carácter democristiano o liberal?

En fin, esperaremos a ver si los alcaldes nos aclaran algo. Mientras tanto, me quedo con otra perla contemplada en las conclusiones finales, en la que se dice que los jóvenes de la Unión Europea “sufren, en su quehacer diario, el verdadero carácter imperialista de esta Unión” ¡Toma ya! Por eso estos jóvenes europeos pueden viajar por donde les da la gana, aunque sea para acudir a escuchar a líderes mesiánicos. Cosas de la democracia real.

Por cierto, yo también quiero manifestarme “en solidaridad con el pueblo y la juventud de Marruecos en su lucha”, pero en su lucha por la democracia. ¿Vale? Mientras, dejen en paz a nuestros compatriotas, si son tan amables."

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