domingo, 18 de septiembre de 2016

Typlical spanish en Pamplona

Reclamo en un a tienda de Pamplona.


Está muy requetebién Pamplona, sí señor. No la conocía y en un recentísimo viaje he tenido la ocasión de patearme el casco histórico. Aparcas en el subterráneo de la plaza de toros, cruzas la calle y entras, nada más y nada menos, que en la histórica calle de la Estafeta. El paseo es sumamente agradable y, si de añadidura, da la casualidad de que llegas el día en que se celebra el Privilegio de la Unión, mejor que mejor. Gran ambiente, misa solemne en la catedral y desfile de gigantes, cabezudos y la Corporación Municipal de chistera y frac.
No les entretendré con la visita turística, que para eso tienen ustedes numerosos sitios en la web y muchos, seguro, ya conocerán la capital navarra. De modo que me fijo en algunos curiosos detalles, que les dejo aquí.
Como tienen los pamploneses muy bien señalizado el recorrido de los encierros de los sanfermines, el aluvión de turistas es incesante en pos de seguir la ruta de mozos y astados. Y una tienda de avispados comerciantes ofrece, en su interior, la posibilidad de fotografiarse entre un grupo de toros (disecados, oiga) en poses que hagan parecer que uno corrió delante de los morlacos. Como reclamo, en la puerta tienen a uno de ellos. Fíjense en el rótulo: "No tocar el toro. Ni el cartel". Se supone que el turista no deja la ocasión de fotografiarse gratis total junto al bicho, la foto de dentro hay que pagarla. De modo que quitarán el cartelito para que la cosa parezca más natural, algo que ha debido de cansar a los propietarios del establecimiento.

Otra curiosidad: escaparate de una tienda de recuerdos. Carteles taurinos locales, y muñecas flamencas. Cien por cien typical spanish.

Incontestable typical spanish
Gigantes y cabezudos amenizan el día y abren el desfile que parte desde el Ayuntamiento. Digno de verse el alcalde de la ciudad (Bildu), de frac y chistera, como el resto de la Corporación (ellas, con un traje de época que en la foto apreciarán). No tengo imagen de la impresionante estampa del presidente de la Corporación, pero sí de otros miembros del Consistorio. Vean, vean.

Un rey gigante por la calle de la Estafeta...

... y los munícipes desfilando

Y, para terminar, una última estampa. Les confieso que entre tanto ambiente, espectáculo y hermosura, me dejó un poco descolocado descubrir una singular oficina en la que invierte sus fondos el Ayuntamiento. No me referiré a otro tipo de pancartas que, aunque no de modo especialmente abundante, decoraban algunos balcones. No hay que estropear el día.

Una singular oficina municipal



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