jueves, 28 de julio de 2011

De tenis, tasas y otras minucias que el avisado lector quizá sepa entender, ya que el que escribe no

He defendido siempre dos cosas: que no hay que escatimar esfuerzos para que la juventud (y los no tan jóvenes, claro, pero sobre todo la juventud) pueda disponer de instalaciones en las que practicar deporte, y correlativamente que se pague por el uso una cantidad prudente: no vale el argumento de que como ya se pagan impuestos no hay por qué costear parte del importe del mantenimiento de los servicios.
Bajo estas premisas tomo conocimiento del acuerdo de la anterior Corporación, que incrementa el precio público que se paga por el uso de las pistas de tenis al duplo de lo que se venía haciendo hasta ahora. Así, de 1,20 euros por hora se pasa a 2,40. Si se utiliza luz artificial es más caro, normal. También se dobla la cifra: de cincuenta a cien duros, que para los que somos del siglo pasado es cantidad fácilmente comprensible. Es decir: jugar una hora en unas instalaciones cuyo mantenimiento, por economías de escala, se disminuye por compartirse con el resto de los servicios deportivos, cuesta casi tanto como bañarse una hora en la piscina climatizada, cuyas necesidades de personal y medios técnicos supongo que serán muy superiores a las de la humilde cancha de tenis.
Además, no puedo admitir que se me diga que se trata de actualizar tarifas porque la actual está vigente desde hace 10 años. No señor, porque si así se determinara, también hubiesen experimentado un incremento, el que fuese, los precios públicos del uso de los campos de fútbol, o de baloncesto, o del "rocódromo indoor" (qué chulo tiene que ser esto, oiga). A falta de mejores argumentos, me inclino por pensar que a los deportes mayoritarios es mejor no meneallos, mientras se aprieta al tenis que, como todos ustedes saben, es un deporte de élites, ¿verdad?
De modo que me declaro indignado virtual. Den por plantada mi tienda de campaña en la Red, ea.
En fin, al galope del mosqueo busco auxilio en la doctrina del Partido Popular que considera que incrementar los impuestos (utilicemos el término como genérico, contenedor de todas las variedades de exacciones) es perjudicial para el desarrollo económico y, en definitiva, para la creación de empleo. Muy bien lo dicen los populares, en su boletín de diciembre de 2008 "Actualidad Popular" (me permitirán que les diga que el nombre lo ideó este-su- seguro-servidor-que-estrecha-su-mano, hace unos tres lustros). Critican enfáticamente el incremento del precio del agua un 4,5% y de un 12% en la basura, y deploran el establecimiento de nuevas tasas por afán recaudatorio, lo que viene a suponer "menos dinero en los bolsillos del ciudadano, más dinero en las arcas municipales, y como consecuencia, bajada del poder adquisitivo de las familias y empresas y por tanto reducción del consumo, reducción de la producción y al final aumento del paro." Continúa el redactor, ensayando el uso de la ironía: "Para el PP en estos momentos de grave crisis económica tan solo a un gobierno progresista y obrero se le ocurriría subir los impuestos".
¡Toma del frasco, Carrasco! Bien dicho. Me reconfortan, a mayor abundamiento, las palabras de la todavía candidata a la alcaldía, señora Pons, en una entrevista que le hacen en "Tribuna Municipal", publicada con fecha del 17 de diciembre de 2010, a escasos 5 meses de las municipales y autonómicas. Le preguntan "cómo llevan el tema de tasas e impuestos? ¿Temen subidas?" Les transcribo literalmente la respuesta:

"En la presente legislatura, más que subidas, lo que se han puesto en marcha son nuevas figuras impositivas, como una tasa por Bodas, una para cajeros automáticos en vía pública, una a las antenas de telefonía.
Nosotros consideramos que en muchos casos no eran necesarias la creación (sic) de estas nuevas figuras impositivas, por lo que no han contado con nuestro apoyo, si bien sí hemos realizado las aportaciones que hemos entendido mejoraban su redacción y su posterior puesta en marcha. Algunas de ellas están en estos momentos recurridas ante los tribunales.
Entendemos que las subidas de impuestos en estos momentos no son la solución a los problemas y si plantean alguna subida en este último año de legislatura, no van a contar con nuestro apoyo".

A la vista de todo lo anterior, me disponía a pedir aquí que la nueva Corporación rectificase y modificase lo procedente para ser fieles al espíritu manifestado en los escritos. Pero hete aquí que topo de bruces con el acta del pleno celebrado el pasado 18 de mayo, cuatro días antes de las elecciones. Se someten a la aprobación corporativa nuevos cánones y la modificación de otros. Y, para mi perplejidad, resulta que "tras la lectura de las propuestas, los portavoces de los grupos políticos manifiestan su apoyo", de tal modo que se aprueban por unanimidad las tasas tan criticadas. Aún me queda una esperanza: quizá el grupo popular no asistió a ese pleno, y por tanto no pudo aprobar el punto del orden del día al que nos referimos: mi gozo en un pozo. En la relación de asistentes figuran sus concejales.
Además de indignado, ahora estoy turbado. Ustedes lo pasen bien.

1 comentario:

Pepe Santana dijo...

Con independencia de que hubiere que afinar algún precio, tenemos que estar de acuerdo en que la época de la gratuidad total (salvo para la asistencia sanitaria, que hay muchos votos en juego) se ha acabado. El maná europeo no es ya el que era y, además, pronto se acabará, por lo que los españoles en general, y los extremeños en particular, hemos de acostumbrarnos a pagar por nuestras aficiones.

En cuanto a la igualdad de precio que usted refiere entre la hora de tenis y la hora de piscina climatizada hay que tener en cuenta que mientras la pista de tenis es ocupada durante una hora por dos o cuatro personas, la piscina puede ser ocupada al menos por ocho, si hay una persona por calle, o más si es al mogollón. Aquí puede estar la explicación a la igualdad de precios. En cuanto a lo del fútbol ya sabe usted que es sagrado.

Sr. Fernández, una cosa es predicar y otra es dar trigo; no lo olvide. Saludos. Pepe Santana.