miércoles, 20 de julio de 2011

Camps

Ha quedado demostrado que el asunto de los trajes no ha tenido repercusión política entre la ciudadanía. Ahí quedan los resultados electorales. Lo que ocurre es que la situación procesal de Camps, al que tengo por buen tipo y magnífico presidente, ha cambidado tras decretarse la apertura de juicio oral. Ahora será procesado. ¿Significa esto que sea culpable? No, hasta que se desvirtúe la presunción de inocencia. ¿Ha hecho bien en dimitir? Creo que ha sido honrado y ha dado un ejemplo de qué hay que hacer cuando se compromete la credibilidad de un cargo público de la naturaleza del que ocupa Camps. ¿Merecía la pena el asunto? Dudo que Camps haya aceptado ser sobornado; los tribunales dirán. ¿Por qué no ha aceptado allanarse a las pretensiones de la acusación y saldar con una multa el caso? Pues porque se considera inocente y está dispuesto a defender su honorabilidad y, sin duda, porque desde el partido han presionado no poco.
Me parece honroso, en definitiva, lo que Camps ha hecho. Y me gustaría que, si se acredita su no culpabilidad, tuviese acomodo de inmediato en la política nacional, o regional.
Ahora, cobrada esta pieza, la presíón mediática tiene otros muchos focos de interés. A ver en qué quedan otras responsabilidades políticas. Por ejemplo, el caso Faisán, donde también hay procesados y donde la culpa in vigilando también debería ser exigida en el marco político. Veremos.

1 comentario:

ppk dijo...

El tema de fondo es el silencio mas que elocuente del presidente del partido. El lo ha dejado caer. No debe fiarse mucho. El reconocimiento de dos de los encausados le complica aun mas el juicio que se le viene encima.