domingo, 29 de junio de 2008

Energía nuclear


El debate está ahí y el propio Felipe González, ex presidente del Gobierno que ordenó la moratoria nuclear, cree que ahora la energía nuclear es una opción.
España es altamente dependiente de los combustibles fósiles e importa no poca energía eléctrica de Francia, donde tienen 59 centrales nucleares, y aunque es aconsejable la inversión en placas solares y generadores eólicos, parece que es imposible alcanzar el nivel de producción que necesitamos. En el Foro Zafrense analizaremos en octubre el candente tema del futuro de la energía, cuestión que tiene importancia estratégica y no puede ser obviada por gobiernos buenistas.
El petróleo no deja de incrementar su precio y en manos de quienes está es un arma política. El bienestar de nuestras sociedades pasa por disponer de electricidad suficiente para que todo funcione, sin dejar de lado las implicaciones medioambientales. Creo que la apuesta por el recurso nuclear no puede ser descartada por sistema, máxime cuando desde que se decide construir una central hasta que se pone en marcha se necesita aproximadamente una década. Hay que abrir los debates precisos, pero no orientados a la entelequia, sino a tomar decisiones estratégicas que no admiten demasiadas demoras. Es mucho lo que hay en juego.

2 comentarios:

Pepe Santana dijo...

Coincido plenamente con usted Sr. Fernández. La sociedad española debe dejarse de tópicos al uso y comenzar un debate serio sobre su futuro energético, más cuando, como usted bien apunta, las decisiones hay que tomarlas al menos con unos diez años de anticipación. La escasez de médicos que estamos viviendo en estos momento, fruto de la mala planificación de los gobiernos de hace diez o doce años, puede ser un toque de atención de lo que puede pasar con la energía si no comenzamos ya el debate.

El petróleo tanto por su precio, que no dejará de subir por la confluencia de una serie de factores (disminución de la oferta, aumento de la demanda y, sobre todo, por haberse convertido en materia de especulación) y porque empezará pronto a escasear de verdad, ya no nos proporciona un certidumbre de viabilidad para satisfacer nuestras necesidades energéticas futuras; España depende excesivamente del petróleo, mucho más que otras economías occidentales, y eso no debe, mejor dicho no puede seguir así.

Las alternativas “verdes” no pueden por sí solas cubrir el hueco que dejaría el petróleo. No tenemos agua para mover centrales hidroeléctricas. La eficiencia tanto de la energía eólica como fotovoltaica dejan hoy en día mucho que desear; además hay días sin sol y sin viento; pueden ser una ayuda, pero nunca podrán sustituir al petróleo con el nivel actual de la tecnología. El carbón parece que está definitivamente arrinconado. Nos guste o no nos guste, la única energía que hoy en día podría sustituir a la de los hidrocarburos fósiles es la energía nuclear; evidentemente tiene sus problemas (residuos radiactivos y dependencia de países productores de uranio) pero como se dijera ya al principio del siglo XX en la famosa zarzuela de la Verbena de la Paloma, “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad” por lo que la tecnología es mucho más depurada que la de hace 50 años.

Quizás el debate debería concluir en un levantamiento de la moratoria nuclear de Felipe González, más cuando dicha moratoria parece que fue consecuencia más del alto coste de la energía nuclear con relación a la generada por los hidrocarburos fósiles cuando se produjo tal moratoria que a ideas “progresistas”.

Me parece muy buena idea que el tema sea tratado en octubre en el Foro Zafrense. Saludos. PeSaR.


PD: Conozco afamados ecologistas zafrenses (y no zafrenses) que llenan sus y nuestros pulmones de humo de tabaco. ¿Acaso es más peligroso el humo de una refinería o cementera que el de unas o dos cajetillas de tabaco fumadas a diario?

Anónimo dijo...

La energía nuclear tiene mala prensa. En general la producción de energía va encontrando cada vez más resistencia en la opinión común de los ciudadanos. Fuentes energéticas que nunca fueron cuestionadas han quedado hoy obsoletas debido a las objecciones sociales planteadas en las últimas décadas.
Estos cambios en nuestra mentalidad colectiva se perciben a su vez en la necesidad que tiene el poder económico y político de acaparar medios de comunicación para crear una opinión faborable a la producción de energía. Porque la simple negación del problema, actitud que ya sólo mantienen unos pocos como el famoso primo de Rajoy, ya no es suficiente para vencer esa oposición ética que va robusteciéndose a medida que toma cuerpo un modelo de progreso respetuoso con el entorno, con el medio ambiente y con la salud de los ciudadanos. Quienes pretenden obviar estas entelequias, en tanto que potencialidades transformadoras de la sociedad, son precisamente los más interesados en canalizar el debate e imponerse en los foros de opinión.