lunes, 28 de enero de 2008

¡A romper la hucha!

No sé si entre la parentela lejana del presidente Zapatero figurará Romero Robledo, aquel ministro de la Gobernación de la Restauración que dicen que compraba votos a duro. Zapatero los compra a 400 euros, cantidad que supongo, descontando la inflación, será superior. Ya sabemos que las campañas electorales dan para todo y que no faltan toneladas de demagogia. Pero la promesa de Zapatero es una auténtica barrabasada.
Veamos: si hay dinero, ¿por qué no lo han devuelto antes? O mejor, ¿por qué no han dejado de percibirlo antes, permitiendo que estuviera en el bolsillo de los ciudadanos?
Claro que, si así es, para qué rayos queremos el IRFP y su endemoniada normativa. ¿Puede un gobierno, así, por las buenas, devolver esa cantidad o necesita una reforma legislativa? Si puede hacerlo, que lo haga mañana. Si necesita reforma, ya ha tenido tiempo de hacerla.
Pero, ¿me devolverán a mí lo mismo que a quien tiene ingresos sustantivamente superiores? O, de otro modo, ¿por qué no devuelven de modo inversamente proporcional a los ingresos?
Claro que quien pagó más, puede exigir que le devuelvan más.
Es más, ¿tendremos que votarlo por devolvernos lo nuestro?
Un lío, oiga.
Zapatero quiere ganar las elecciones, fiel a su estilo, como sea. Pero las promesas electorales deben ser algo más serio. Los deus ex machina es mejor que queden en las tragedias grecorromanas.
Por cierto: merecemos un gobierno que no nos mienta. ¿O no ha mentido el presidente sobre las negociaciones con ETA tras el atentado de la T4?

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