jueves, 28 de junio de 2012

El señor de Sipán

En mayo me di un garbeo por la playa, costumbre que ya mantengo desde hace lustro y medio, más o menos. Aproveché la cercanía de Cádiz para hacer un recorrido por los lugares relacionados con la Constitución de 1812, tan de moda por su bicentenario. Qué bien, por cierto, tienen señalizado en la Tacita de Plata el recorrido: según la ruta que se desee seguir, sólo hay que guiarse por unas líneas de colores pintadas sobre pavimento y aceras. Sigan su curso, que no se pierden, oigan.
 No les hablaré sobre la Constitución, aunque quien quiera leer alguna opinión de este librepensador sobre ella, puede consultar lo que publiqué en "Papeles del Foro". Les diré que tras darme un pequeño festín, adecuado a la época de economías en la que vivimos, en el que tuvieron lugar destacado unas tortitas de camarones, hice un paseo para rebajar la comida y me topé con la antigua cárcel, ahora llamada Casa de Iberoamérica. Exponen allí, hasta el 10 de septiembre, una muestra de tesoros preincaicos procedentes de las excavaciones peruanas, entre los que destacan algunos del famoso señor de Sipán. Les recomiendo que hagan un hueco en sus excursiones conmemorativas de La Pepa, y dediquen un rato a visitar la muestra, que fue inaugurada por S. M. la Reina en marzo.

Diversos objetos cerámicos. Fotografía de J. C. Fernández

Me permitirán que, tras esta sugerencia, les diga que hacía algún tiempo que tenía pensado recomendarles la visita, pero por fas o por nefás lo olvidé. Me viene a las mientes hacerlo hoy, a raíz de un comentario que me pone un amable lector colombiano en una entrada anterior. Le agradezco a este amigo de más allá del Océano su atención. Hoy, con la cosa esta del Internet, los mares no son sino charquitos, no hacen falta carabelas ni naos para cruzar continentes, y la comunicación, tan necesaria siempre, adquiere maneras un tanto mágicas. De modo que, al hilo del mensaje de este lector trasoceánico, me ha venido a las mientes hablarles de la exposición que tanto me gustó. Dobles gracias al lector, por su amabilidad y por recordarme, aunque involuntariamente,  de paso que quería hablarles del señor de Sipán.

Ea, ustedes lo pasen bien, que gane hoy Alemania, y en la final los teutones, de manos de los hispanos, inclitas razas ubérrimas, muerdan, dicho sea con todo cariño, el polvo. Mejor dicho, el césped. Si lo desean, puden buscar metáforas en esto último. Con Dios, me voy, que me estoy enrollando y paso con pasmosa facilidad del coro al caño. Serán las calores.


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