domingo, 28 de febrero de 2010

Paseo por el muelle

No está nada mal pasear por los muelles, tranquilamente, pausadamente, sin el agobio de los embarcados. Levantas la vista al velero, y allí te encuentras a unos pocos ápteros corriendo hacia el mascarón de proa, que imposta la dignidad de un monarca ejerciendo la iussio regis. Otros aferran su escólex a las cuadernas. ¡Qué pesadez de zafarrancho, santo Dios! ¡Cuánta infatuación! Parece que la derrota fuese hacia el sol.
Desde abajo, sobre tierra firme, acabado el tiempo de galernas y mares arboladas, todo se contempla con serenidad. Quizá en esto consista la Teoría de la Relatividad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Me lo traduces?
Creo entenderlo, pero prefiero que lo hagas tu.
Gracias.

Pepe Santana dijo...

Creo que no necesita explicación. Porque desde tierra firme todo se contempla con más serenidad, muchos nunca nos volvimos a subir en esos barcos que navegan sobre aguas procelosas, sino que preferimos estar con los pies en la tierra, como también podría decirse y frase que se presta a más diversas interpretaciones. Saludos.

Anónimo dijo...

¿No piensas traducirlo?
La respuesta de PeSaR, no me sirve.
¡Si por lo menos hubiera sido de Garciguti!

Juan Carlos Fernández dijo...

Pero si no hay nada que traducir... El cóctel es fácil: tómense a partes iguales el Beatus Ille y la Oda a la Vida Retirada, mézclense con una pequeña dosis de entomología política, salpimiéntese con una pizca de ironía, agrégese la punta de una cucharilla de café de conocimiento de la realidad, agítese todo fuertemente y... ¡Voilà! Seguro que entiendes todo.
Por cierto, ya te he dado la fórmula. Ahora seguro que me dices quién eres. ¿No?
Juan Carlos Fernández