miércoles, 27 de diciembre de 2017

En el Museo de Villafranca de los Barros

He tenido hoy un doble placer: conocer el museo de Villafranca de los Barros, mi ciudad natal, y volver a saludar después de años a su director, mi amigo Antonio Asuar.
No conocía, mea culpa, el museo instalado en lo que fue Ayuntamiento de la localidad. De modo que entré con expectación y salí encantado. Han realizado una espectacular reforma de la casona del siglo XVIII, y han dotado de un contenido de alto interés a las salas, en las que se recorre desde la prehistoria hasta la Villafranca contemporánea, siempre con unos muy afortunados criterios expositivos y usando medios que impactan y llaman la atención del visitante. Les invito a que hagan una visita (que, además, es gratuita) a esta institución que responde a la categoría de Villafranca como ciudad en marcha.
Más información: www.museovillafranca.es

Las bicicletas de ahora poco tienen que ver con esta.
Elementos de un taller de bordadoras: los bordados villafranqueses gozan de merecido prestigio
El siglo XX: dentistas, impresores, oficinistas... ¡Cuánto hemos cambiado! En la sala, además, ponen una interesante proyección que repasa etapas de nuestra historia durante esos cien años.

La exposición de automóviles es excepcional. Aquí les pongo una moto Guzzi, las del cambio en el depósito, como la que usaba D. Ambrosio, el practicante que aparece en mi novela "Cuentas saldadas"

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