jueves, 12 de diciembre de 2013

España contra Cataluña

¡Valiente follón con el simposio de las narices! Resulta que la Generalidad de Cataluña decide derrochar su dinero en unas jornadas para el encauzamiento de la historia en las lindes del nacionalismo. Algunos lo denuncian a la fiscalía que, me malicio, dará carpetazo al asunto porque uno puede decir las barbaridades históricas que quiera, sin que eso tenga por qué ser delito. De hecho, los políticos catalanes las dicen con total tranquilidad. Y esta manipulación se viene haciendo desde hace décadas, por cierto.
Alegan los denunciantes que el simposio persigue fomentar el odio a España. Seguramente. Que alientan enfrentamientos, seguro. Pero por esa regla de tres, el fiscal debería estar inundado de denuncias por actos de ataque a la libertad que se producen cuando obligan en rotular en catalán los establecimientos. O cuando en las escuelas de Cataluña y el País Vasco vienen manipulando la historia desde hace décadas, eso sí que tiene miga. Por ejemplo.
Lo que pasa es que el esperpento del simposio se produce en momentos de turbación, de exacerbación del radicalismo, y el cabreo aumenta, son muchas las cosas sangrantes: por ejemplo, que el nacionalisto Mas, que es el representante del Estado en Cataluña, olvide esta condición menos para pedir fondos, que dilapidan con total impunidad, en políticas claramente separatistas e inútiles. O que lleguen a convocar el referéndum que tanto anhelan, en cuyo caso tendrá que caer la ley con todo su peso.
Y no creo que valga modificar la Constitución para dar acomodo un federalismo asimétrico que pudiese contentar a los nacionalistas. Si no están contentos con los Estatutos actuales, ¿qué les satisfará? Nada. Sólo la independencia. De modo que, sin estridencias, sólo la ley.
Mas valdría que el dinero que gastarán en financiar tonterías como las que hoy nos ocupa lo emplearan en reducir la ruina de la autonomía catalana. Digo yo.

PD: Después de escrita y programada la publicación de esta entrada, se hace pública la pregunta que Mas y demás separatistas quieren plantear en su proyecto de referéndum ilegal: "¿Quiere que Cataluña sea un Estado?" Yo les planteo otra: "¿Quieren irse a hacer puñetas?" Y al Gobierno le añado otra: ¿actuarán con todo el rigor que la ley permita, cuando llegue el momento?" Quiero pensar que sí. Los nacionalistas no están por encima de la Constitución ni de las leyes. Y sanseacabó.

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