viernes, 28 de septiembre de 2007

¿Sin comentarios?


Creo firmemente en la libertad de expresión y en su variante fundamental la libertad de prensa. Pero el que en la COPE se digan mamarrachadas infames del calibre que "nunca se ha visto al rey con la víctimas del terrorismo", me parece que rebasa muchas barreras, sobre todo la de la mentira. Pero, en fin, que digan cuanto quieran, mientras no incurran en delito, que los derechos nunca son absolutos.

La emisora de la Conferencia Episcopal, fuente de pingüe negocio, no es mi referente. Pero la Iglesia, en cierta medida, sí. Suelen pronunciarse los obispos sobre multitud de cuestiones, algunas absolutamente políticas. Y me parece bien. También son españoles y pueden decir lo que quieran. Pero su portavoz, Juan Antonio Martínez Camino, según leo en ABC, y me lo creo, ha declinado pronunciarse en apoyo a Don Juan Carlos. Está en su derecho.
Yo también estoy en el mío de hacer con mi dinero lo que me venga en gana. Y desde luego, mientras la Conferencia Episcopal no se manifieste sin ambages a favor de S. M. el Rey, y desautorice las barbaridades pronunciadas por el locutor de la COPE, a mí no me da la real gana de dar un sólo duro a la Iglesia en mi declaración de la renta.
Cada cual que ejerza su derecho: al berrido, al silencio o a lo que quiera. Entre Losantos y la Iglesia, me quedo con ésta última, puesto que, creencias aparte, su magisterio es muy recomendable en infinidad de cuestiones. Pero entre el Rey y los obispos, me quedo con el Rey, que en las cosas terrenales hay que dar al César lo que es del César. Esto es lo que hay.

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