martes, 25 de marzo de 2014

Banderillero furioso

Como no he encontrado una foto o dibujo apropiado al caso, me permito la licencia de ilustrar esta entrada con un perro monumentalmente enfadado, aunque quizá no tanto como lo estuvo el protagonista de la historia (siglo y pico después, quizá historieta) que recoge ABC en su edición del lunes, 14 de noviembre de 1910. Veamos:

"SUCESOS -- Banderillero furioso.
Uno de los banderilleros de la cuadrilla de aficionados taurómacos que ayer actuó en la plaza de todos de las Ventas del Espíritu Santo, furioso porque no pudo clavar ni uno solo de los rehiletes, los tiró con ímpetu en distintas direcciones, con tan mala fortuna, que uno de los palos quedó clavado en la pierna del director de lidia, Julián Cabrero (Cabrerito).
Conducido a la enfermería, tuvo que esperar la llegada del doctor, que tardó hora y media. Durante todo ese tiempo tuvo la espina clavada.
Después de curado de primera intención, fué [sic] conducido a su domicilio."

Hogaño, la noticia aparecería en mil televisiones, en cuatrocientas mil tertulias, y provocaría:
a) La alegría de los antitaurinos: "asesino, en el pecado llevas la penitencia", u otra locución de análogo significado aunque de distinta forma, teniendo en cuenta que, con toda probabilidad, los manifestantes no profesan el catolicismo ni nada que se le parezca.
b) Manifestaciones del banderillero, emocionado y con lágrimas corriendo por sus mejillas, pidiendo perdón a la afición, "no volverá a repetirse".
c) Manifestaciones del diestro herido, disculpando al subalterno, desmentidas por las expresiones que se le captaron cuando creía que el micrófono estaba cerrado: sólo nos atrevemos a reproducir que se ciscaba "en los muertos tos" del desaforado lanzador de banderillas.
d) Manifestación de los de marea blanca por la demora en la atención al torero herido, debida sin duda a los gravísimos recortes en sanidad, que "ya alcanzan a la fiesta nacional", hasta tal punto que hubo de seguir el herido su recuperación en su domicilio particular, so pena de esperar la misma en los pasillos del hospital, por falta de camas, debida a la "palmaria imprevisión y nefasta gestión de las autoridades." [Populares, por supuesto].
e) Manifestaciones contundentes del sector más progresista de la marea blanca, que niega que se tenga que hablar de la "fiesta nacional", puesto que actos de salvajismo no deben cobijarse bajo tal epígrafe, más adecuado para días que tengan que ver con la liberación del pueblo de la tiranía de los oligarcas [Un gracioso de la coordinadora pide que se hable de "olicarcas", risas, aplausos]. Todo ello sin perjuicio de pedir la dimisión del consejero de Sanidad y de la ministra del ramo, por la pésima asistencia sanitaria.
f) Manifestaciones de los protaurinos, ciscándose en las mulas de los antitaurinos.
g) Manifestaciones del consejero de Interior de la Generalidad de Cataluña: "Aquí, esto no habría pasado. ¿Ven como era pertinente prohibir las corridas [de toros] en Cataluña?

Y un largo etcétera. Amén.

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