martes, 16 de agosto de 2011

Un antecesor del toro "Ratón"

Ahora que el toro “Ratón” vuelve a ser noticia por haber dado muerte a un aficionado en una capea, recuerdo que Hemingway, en su “Muerte en la tarde” , refiere el caso de un morlaco que, en la provincia de Valencia, y en el transcurso de cinco años, mató a “dieciséis hombres y muchachos e hirió de gravedad a más de sesenta”. Relata también el escritor el fin del astado, a manos del hermano y la hermana –gitanos- de una las víctimas: siguieron al toro durante dos años con intención de acabar con su vida, sin conseguirlo. Finalmente, el toro fue enviado –se hacía viejo- al matadero, y los hermanos solicitaron permiso, que les fue concedido, para darle muerte. Así lo cuenta Hemingway:


“(…) comenzó sacándole ambos ojos mientras el toro estaba en la jaula para después escupir meticulosamente en las cuencas; luego, tras matarlo seccionándole la médula espinal clavándole un puñal entre las vértebras cervicales, lo que les costó bastante, pidió permiso para cortarle los testículos, y se lo concedieron. Hizo con su hermana una pequeña hoguera al borde de la polvorienta calle frente al matadero y asaron las dos glándulas clavadas en sendos palos; cuando estuvieron a punto se las comieron. Después dieron la espalda al matadero y se marcharon carretera adelante, fuera de la ciudad”.

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