¿Un consorcio para la Feria de Zafra?
Bajan revueltas las aguas en la Feria de Zafra (no confundir con las fiestas), por cuenta de la pretensión de reconvertir su órgano de gestión en un consorcio participado por el Ayuntamiento, las dos diputaciones extremeñas y la Junta de Extremadura. La polémica, que ya ha saltado a la calle sin suficientes explicaciones por ninguna de las partes, sume en la perplejidad a muchos ciudadanos que simplemente optan por dejarse guiar por los postulados de los partidos con los que simpatizan, que se limitan a un análisis somero más enfocado a objetivos inmediatos que a la búsqueda de un consenso imprescindible.
En efecto, la propia naturaleza de la Feria ha exigido siempre una altitud de miras que la situase más allá de la lucha política. Esto se ha quebrado, tanto en el fondo como en las formas. La precipitación y los malos modos amenazan con pervertir el debate de fondo. Se precipita el Gobierno local (aunque ya anunciara su intención de promover un consorcio hace un año) cuando, sin conseguir el consenso imprescindible, eleva al Pleno una propuesta de trabajo sobre un modelo de estatutos. El proceso, en mi opinión, es justamente el contrario: trabajo en comisión, acuerdo y, por fin, aprobación. Yerra la oposición cuando vocea urbi et orbi contra el consorcio, sin haber conseguido forzar los debates precisos en aras de la unanimidad de criterio.
El problema de fondo es que –con independencia de coyunturas políticas y personales– hay que estudiar cuál es el futuro de la Feria en un marco cada vez más cambiante. Para ello hubiera sido deseable que la propia Entidad Ferial, hoy cuestionada a pesar de las alabanzas a su buena gestión, que suenan más bien a obituario, hubiera promovido una exhaustiva prospección por especialistas, quienes deberían dar cuenta de por dónde van los tiros: perspectivas del mercado ganadero, repercusión de otras ferias en el peso específico de la de Zafra o, dicho en román paladino, competencia de aquéllas; cuál es la justa dimensión de los certámenes, cómo avanzar hacia la profesionalización sin dejar de lado la popularidad de las muestras, estructuras financieras, colaboración institucional, nuevas fórmulas de gestión y administración, proyección externa, imagen y mercadotecnia, presencia seria y con contenidos solventes en la Red, cómo conseguir sinergias entre lo ganadero y lo comercial, etcétera.
Se ha dejado de lado el tan necesario análisis y se va directamente hacia un consorcio. Ignoro por qué motivos se opta por ésta fórmula jurídica que, por lo demás, es tan buena o tan mala como pueda ser otra cualquiera, aunque técnicamente creo que es impecable, toda vez que se trata de una agrupación de entidades con intereses comunes (al menos sobre el papel) para prestar un servicio público. También ignoro por qué motivo no pudiera seguir funcionando, mutatis mutandis, la Entidad Ferial. En todo caso, la propuesta que hay sobre la mesa es la de consorciar la gestión. Sobre ésta fórmula se critica la escasa representación propuesta para el Ayuntamiento de Zafra. Diré que esto no me preocupa demasiado. En la actual Entidad Ferial hay miembros de muy diversa procedencia, que en una votación ganarían sin problema a los representantes municipales, sin que eso signifique que la Corporación no tiene peso específico. Es más, y por comparar, me fijo en el Consejo Rector del Consorcio Ciudad Monumental de Mérida, en el que la presidencia ni siquiera corresponde al alcalde, sino a la consejera de Cultura, siendo el regidor uno de los cuatro vicepresidentes, y la representación de otras instituciones supera con creces a la municipal. Las viejas piedras, los admirados monumentos, siguen en su sitio, continúan las excavaciones y el turismo afluye.
Aunque no conozco más detalles del proyecto de estatutos, donde veo más problemas de calado es en la preterición de una presencia fundamental: las asociaciones ganaderas y empresariales no pueden faltar sin que se pierda el sentido primigenio de la Feria, y deben estar presentes desde el mismo inicio, sin que sirva de excusa la posibilidad de incorporarse a posteriori.
En cualquier caso, una cosa es fundamental: evitar convertir a la Feria en objeto de un rifirrafe político del que no se obtendrán votos y que sólo acarreará problemas. Es exigible a nuestros representantes que se sienten a dialogar durante el tiempo que sea preciso hasta que se llegue a una solución pacíficamente admisible. Sería realmente bochornoso que se aprobara una entidad de gestión en la que la parte corporativa no estuviese respaldada por la unidad de objetivos entre gobierno y oposición. No es menester tanta prisa, puesto que se da la sensación de que haya una mano que mueve hilos; ni tanto desaire, hay otras cuestiones en la que se puede hincar el diente político.
La Feria, de la que se dice que es uno de los principales escaparates de Zafra, no es sólo de Zafra. Es de todos los extremeños, que durante siglos la han engrandecido y tomado como referencia. Razón de más para que, desde aquí, los esfuerzos se redoblen para corresponder a la fe que en los certámenes se deposita por propios y foráneos. Nobleza obliga, no lo olviden.
En efecto, la propia naturaleza de la Feria ha exigido siempre una altitud de miras que la situase más allá de la lucha política. Esto se ha quebrado, tanto en el fondo como en las formas. La precipitación y los malos modos amenazan con pervertir el debate de fondo. Se precipita el Gobierno local (aunque ya anunciara su intención de promover un consorcio hace un año) cuando, sin conseguir el consenso imprescindible, eleva al Pleno una propuesta de trabajo sobre un modelo de estatutos. El proceso, en mi opinión, es justamente el contrario: trabajo en comisión, acuerdo y, por fin, aprobación. Yerra la oposición cuando vocea urbi et orbi contra el consorcio, sin haber conseguido forzar los debates precisos en aras de la unanimidad de criterio.
El problema de fondo es que –con independencia de coyunturas políticas y personales– hay que estudiar cuál es el futuro de la Feria en un marco cada vez más cambiante. Para ello hubiera sido deseable que la propia Entidad Ferial, hoy cuestionada a pesar de las alabanzas a su buena gestión, que suenan más bien a obituario, hubiera promovido una exhaustiva prospección por especialistas, quienes deberían dar cuenta de por dónde van los tiros: perspectivas del mercado ganadero, repercusión de otras ferias en el peso específico de la de Zafra o, dicho en román paladino, competencia de aquéllas; cuál es la justa dimensión de los certámenes, cómo avanzar hacia la profesionalización sin dejar de lado la popularidad de las muestras, estructuras financieras, colaboración institucional, nuevas fórmulas de gestión y administración, proyección externa, imagen y mercadotecnia, presencia seria y con contenidos solventes en la Red, cómo conseguir sinergias entre lo ganadero y lo comercial, etcétera.
Se ha dejado de lado el tan necesario análisis y se va directamente hacia un consorcio. Ignoro por qué motivos se opta por ésta fórmula jurídica que, por lo demás, es tan buena o tan mala como pueda ser otra cualquiera, aunque técnicamente creo que es impecable, toda vez que se trata de una agrupación de entidades con intereses comunes (al menos sobre el papel) para prestar un servicio público. También ignoro por qué motivo no pudiera seguir funcionando, mutatis mutandis, la Entidad Ferial. En todo caso, la propuesta que hay sobre la mesa es la de consorciar la gestión. Sobre ésta fórmula se critica la escasa representación propuesta para el Ayuntamiento de Zafra. Diré que esto no me preocupa demasiado. En la actual Entidad Ferial hay miembros de muy diversa procedencia, que en una votación ganarían sin problema a los representantes municipales, sin que eso signifique que la Corporación no tiene peso específico. Es más, y por comparar, me fijo en el Consejo Rector del Consorcio Ciudad Monumental de Mérida, en el que la presidencia ni siquiera corresponde al alcalde, sino a la consejera de Cultura, siendo el regidor uno de los cuatro vicepresidentes, y la representación de otras instituciones supera con creces a la municipal. Las viejas piedras, los admirados monumentos, siguen en su sitio, continúan las excavaciones y el turismo afluye.
Aunque no conozco más detalles del proyecto de estatutos, donde veo más problemas de calado es en la preterición de una presencia fundamental: las asociaciones ganaderas y empresariales no pueden faltar sin que se pierda el sentido primigenio de la Feria, y deben estar presentes desde el mismo inicio, sin que sirva de excusa la posibilidad de incorporarse a posteriori.
En cualquier caso, una cosa es fundamental: evitar convertir a la Feria en objeto de un rifirrafe político del que no se obtendrán votos y que sólo acarreará problemas. Es exigible a nuestros representantes que se sienten a dialogar durante el tiempo que sea preciso hasta que se llegue a una solución pacíficamente admisible. Sería realmente bochornoso que se aprobara una entidad de gestión en la que la parte corporativa no estuviese respaldada por la unidad de objetivos entre gobierno y oposición. No es menester tanta prisa, puesto que se da la sensación de que haya una mano que mueve hilos; ni tanto desaire, hay otras cuestiones en la que se puede hincar el diente político.
La Feria, de la que se dice que es uno de los principales escaparates de Zafra, no es sólo de Zafra. Es de todos los extremeños, que durante siglos la han engrandecido y tomado como referencia. Razón de más para que, desde aquí, los esfuerzos se redoblen para corresponder a la fe que en los certámenes se deposita por propios y foráneos. Nobleza obliga, no lo olviden.
7 comentarios:
Quisiera felicitarle, una vez más, por su ecuanimidad y libertad de criterio. Yo, personalmente, tampoco tengo un criterio formado sobre el asunto, pero no me dejo llevar por los panfletos de unos y otros. He llegado a oír que "si quieren se pueden llevar la feria fuera de Zafra". Con gentes que dicen cosas así, mejor no discutir.
Un saludo.
Me empiezo a hacer una idea del asunto. Es una suerte que una persona que ha estado en el tema y que lo conoce por su pasado como concejal, ahora pueda orientarnos sin actitudes partidistas, porque de "los contendientes" como que no me fío.
Gracias por su artículo. Saludos.
Es indudable su capacidad para opinar acerca de un tema que bien conoce como es la Feria y su Entidad Ferial, que como bien sabe funciona lastrada por la inoperancia de quienes en la actualidad la dirigen, pero eso es una cosa y otra bien distinta es hacernos creer a los ciudadanos de a pie que ya no sirven unos Estatutos que tan magníficos resultados aportaron a nuestra Feria, justamente hasta que el Sr. Gª Pizarro se hizo cargo de este Organismo. Creo que las cosas hay que cambiarlas cuando no funcionan, pero éste no es el caso, no hay una sola cosa que se haya propuesto en el supuesto borrador de consorcio que no se pueda realizar, ejecutar o dirimir desde la base estatutaria actual de la Entidad Ferial, simplemente no hay voluntad de que funcione y no es porque yo lo diga, sino por los hechos de unos y otros que así lo manifiestan (ahí están los actas de las distintas reuniones de esta Entidad).
En cuanto a la voluntad de dialogar nunca renunciamos, pero es muy difícil cuando no existe intención alguna de ello, y no precisamente por nuestra parte, porque siempre hemos estado a disposición de... y siempre fuímos partidarios de hacer partícipes a la propia Entidad de lo que se estaba gestando a sus espaldas, pero el gobierno de Zafra no lo ha estimado así, y por ello nos hemos visto obligados a expresar públicamente nuestra opinión, para que los ciudadanos conozcan y juzguen como creo no puede ser de otra manera.
De cualquier modo creo que hemos hecho lo debido además de todo lo posible por alcanzar acuerdos que en todo momento se nos han negado.
aquí he leído otra cosa sobre transparencia y claridad http://plazachica.blogspot.com/
no terminé mi reflexión sobre tu artículo:
sin enredarme en polémicas contigo, destaco también en mi blog tu opinión, transparente y clara (aunque discrepe de ti, a medias),
un abrazo
Está claro que la feria de zafra no se la van a llevar a ningún sitio, pero lo que si pasa es que si pasa a ser dirigida por gente que no es del pueblo, nadie asegura que vaya a seguir al mismo nivel.
De buena tinta se como se las gastan en otras ferias y como se "mangonea" desde la administración regional y nuestra feria puede ser para pelliscar que da gusto.
Solo los políticos de zafra y sus ciudadanos van a asegurar que se desee lo mejor para nuestra feria.
Y sobre todo, ¿por qué tenemos que dejarlo en manos compartidas si con las nuestras hemos estado 556?
imaginense que llega un individuo de posiblidades economicas ingentes y les propone antender la tutela de sus hijos por la simple razon de que esta en condiciones de supremacia, y de diiversidad de posiblidades con respecto a ustedes, ¿le concederian ese privilegio?
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