¿Consorcio?
Hace un año me publicaron -aunque mutilado- en "Hoy" un artículo que me permito reproducir aquí. El tema es de actualidad, y creo que merece la pena reflexionar algo sobre tan trascendente cuestión. En breve, y en otra entrada en el blog, actualizaré mi opinión. El artículo se titulaba "La Feria de Zafra y la complicidad institucional". Ahí lo llevan.
La Feria Internacional Ganadera de Zafra, escaparate acreditado de una ciudad que, como bien dice José María Lama, vive del ingenio de sus gentes, es un auténtico quebradero de cabeza para quienes tienen responsabilidades en su organización. Pequeños detalles pueden desbaratar el trabajo de meses y echar por tierra la imagen del evento. Cosa grave, no olvidemos que las apariencias bien administradas dicen mucho a favor de las administraciones.
Con todo, existen otros enjundiosos problemas de fondo, de filosofía, estructurales y de gestión que han de ser abordados por quienes corresponda. Leo sobre la pretensión del alcalde –no sé si también de la Corporación– de constituir un consorcio para la administración de los certámenes, supongo que en sustitución de la Entidad Ferial, órgano de una efectividad discutible quizá por falta de desarrollo de las posibilidades que sus estatutos brindan. No cabe duda, sea como sea, que superada con creces la dimensión local de la Feria Internacional Ganadera, otras administraciones tienen mucho que decir, eso sí, manteniendo la adecuada relevancia municipal. La colaboración entre administraciones públicas ha de lograrse sobre el respeto institucional y la sintonía (no tiene por qué ser ideológica) en cuanto a los objetivos para los cuales se diseñan los modos de gestión.
Tenemos un ejemplo de colaboración que me atrevo a calificar, hasta donde conozco, de ejemplar. Me refiero al plan de emergencias que, para la feria, pusimos en marcha en 2000. Conscientes de la imposibilidad de que el Ayuntamiento y la Entidad Ferial, por sí solos, dispusieran de medios para garantizar la seguridad de las personas durante el desarrollo de la feria y las fiestas, conseguimos sentar en la misma mesa a las administraciones central y autonómica (de distinto signo político), a la Diputación Provincial y a la Corporación local (también con polaridades cambiadas). En esa mesa discutíamos sobre los problemas y, lo que es más importante, buscábamos soluciones. Miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad, la sanidad pública y Cruz Roja, bomberos y Protección Civil, la sanidad veterinaria y los técnicos municipales, trabajaron con dedicación e ilusión ante el reto que se planteaba.
Se consiguió que todo funcionara porque allí íbamos a hablar de lo realmente importante y, permítanme la expresión, se nos daban una higa los pronunciamientos ideológicos de cada cual, porque en buena lógica en nada debían de afectar a los trabajos que teníamos por delante. Los frutos están ahí: el servicio 112, que recibió su más eficaz impulso con su presencia en la feria; el puesto médico avanzado, dotado tanto por Insalud como por el Servicio Extremeño de Salud; dotaciones de refuerzo de los servicios públicos esenciales; un centro de coordinación en el que todos se integraban…
Después de cuatro años en los que dirigí el Plan por delegación del alcalde, tengo como principal satisfacción (evidentemente, detrás de los logros conseguidos) que el esfuerzo continúe, creo que con los mismos moldes que se establecieron en su día. Para esto, insisto, fue preciso que todos habláramos el mismo lenguaje, que no es otro que el de los intereses generales. Es posible. Animo, por tanto, a los responsables políticos actuales, a que cuando se pongan manos a la obra tengan esto muy presente.
Con todo, existen otros enjundiosos problemas de fondo, de filosofía, estructurales y de gestión que han de ser abordados por quienes corresponda. Leo sobre la pretensión del alcalde –no sé si también de la Corporación– de constituir un consorcio para la administración de los certámenes, supongo que en sustitución de la Entidad Ferial, órgano de una efectividad discutible quizá por falta de desarrollo de las posibilidades que sus estatutos brindan. No cabe duda, sea como sea, que superada con creces la dimensión local de la Feria Internacional Ganadera, otras administraciones tienen mucho que decir, eso sí, manteniendo la adecuada relevancia municipal. La colaboración entre administraciones públicas ha de lograrse sobre el respeto institucional y la sintonía (no tiene por qué ser ideológica) en cuanto a los objetivos para los cuales se diseñan los modos de gestión.
Tenemos un ejemplo de colaboración que me atrevo a calificar, hasta donde conozco, de ejemplar. Me refiero al plan de emergencias que, para la feria, pusimos en marcha en 2000. Conscientes de la imposibilidad de que el Ayuntamiento y la Entidad Ferial, por sí solos, dispusieran de medios para garantizar la seguridad de las personas durante el desarrollo de la feria y las fiestas, conseguimos sentar en la misma mesa a las administraciones central y autonómica (de distinto signo político), a la Diputación Provincial y a la Corporación local (también con polaridades cambiadas). En esa mesa discutíamos sobre los problemas y, lo que es más importante, buscábamos soluciones. Miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad, la sanidad pública y Cruz Roja, bomberos y Protección Civil, la sanidad veterinaria y los técnicos municipales, trabajaron con dedicación e ilusión ante el reto que se planteaba.
Se consiguió que todo funcionara porque allí íbamos a hablar de lo realmente importante y, permítanme la expresión, se nos daban una higa los pronunciamientos ideológicos de cada cual, porque en buena lógica en nada debían de afectar a los trabajos que teníamos por delante. Los frutos están ahí: el servicio 112, que recibió su más eficaz impulso con su presencia en la feria; el puesto médico avanzado, dotado tanto por Insalud como por el Servicio Extremeño de Salud; dotaciones de refuerzo de los servicios públicos esenciales; un centro de coordinación en el que todos se integraban…
Después de cuatro años en los que dirigí el Plan por delegación del alcalde, tengo como principal satisfacción (evidentemente, detrás de los logros conseguidos) que el esfuerzo continúe, creo que con los mismos moldes que se establecieron en su día. Para esto, insisto, fue preciso que todos habláramos el mismo lenguaje, que no es otro que el de los intereses generales. Es posible. Animo, por tanto, a los responsables políticos actuales, a que cuando se pongan manos a la obra tengan esto muy presente.
2 comentarios:
Dado mi desconocimiento del tema, no tengo un criterio formado sobre si consorcio sí, consorcio no, por lo que no puedo opinar sobre el asunto; tendré que ilustrarme para poder hacerlo en un futuro. Este comentario lo realizo porque, de lo leído en el artículo, parece deducirse que el Sr. Fernández no se opone radicalmente al citado consorcio como lo hacen los actuales dirigentes del PP de Zafra. Me gustaría que me dijera si he entendido bien. Saludos.
Bueno, amigo PeSar, la respuesta se la daré mañana o pasado. Se trata de un artículo que he enviado a "Hoy" y que, como no sé si lo publicarán, pondré en el blog. Es más, también lo haré aunque lo publiquen. Es un tanto extenso, pero refleja mi opinión, que, como bien entenderá, es "fuera de órbita", como el título de mi blog.
Saludos,
Juan Carlos Fernández.
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