Buen viaje tenga usted, doña Magdalena
(Tomo prestada la foto de Periodista Digital. Espero que no se molesten)Bueno, bueno. Me desayuno hoy con un notición: doña Magdalena Álvarez, nuestra ministra de Fomento, que ni se dobla ni se parte, embarca para Siberia. Puñetera tierra debe ser aquélla, cuánto frío. ¿Se acuerdan de lo que nos decían de chicos?: el punto del planeta donde se alcanzaron las temperaturas más bajas, Verjoiansk, setenta bajo cero.
Pues allá que va doña Magdalena, a la gélida estepa, al permafrost, a ver si aprende cómo funcionan allí las cosas para que el frío no nos juegue malas pasadas aquí en casa.
Ea, pues aprenda usted. Observe los aeroplanos despegando y aterrizando, compruebe las autovías y autopistas, si las hubiere, que cualquiera sabe lo que hay por allí, con lo lejos que está ese terruño. Ya nos contará que vio. Eso sí, no se vaya a tragar ninguna trola, que esa gente, la del Kremlin, debe de ser la releche. A ver si le van a enseñar algún gulag y le van a decir que era una residencia para brigadas de trabajadores que quitaban nieve de los caminos. Eso estaba muy feo, oiga, no les haga caso.
Y, sobre todo, tenga cuidado, que algunos viajes los carga el diablo. Fíjese en esos ancianos gallegos, que iban de excursión y acabaron de mitin. Usted, si le quieren llevar a algún sitio no previsto, ya sabe: ni hablar del peluquín. En fin, que Dios se la depare buena por esos mundos, y que la cosa no sea contagiosa (es decir, que allí no empiecen a fallar las cosas, que los pobres no tienen culpa de nada), que Siberia es muy grande, y hace mucho frío. Pero que mucho.
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