domingo, 9 de octubre de 2011

Alta traición para nuestros bosques

"La montaña mágica", de Thomas Mann, es una novela apabullante, no sólo por su extensión, casi mil cincuenta páginas en la edición que tengo en casa, sino por el despliegue de erudición que, en diálogos a veces inverosímiles y en pasajes que llegan a convertirse en exasperantes para el profano, hacen de esta obra una pequeña enciclopedia en la que se trata sobre la vida, la muerte, el amor, la enfermedad... Son especialmente remarcables los duelos dialécticos entre el librepensador y masón Settembrini y el jesuita judeoconverso Naphta, duelos que acaban rebasando lo meramente intelectual para llegar al campo del honor real, físico... La mayor parte de la acción novelesca se sitúa entre los muros de un sanatorio de alta montaña para tuberculosos, donde los internos tienen que hacer de lado al aburrimiento, a veces a base de cometer auténticos disparates. Un novelón, en fin, que me costó trabajo leer, pero magníficamente escrito, y del que he podido extraer un buen puñado de notas. Animado por haber superado -siquiera someramente- esta prueba, me propongo reintentar leer a Proust, del que dejé a medias su "Por el camino de Swann", primera de las entregas de la heptalogía "En busca del tiempo perdido". Abandoné la lectura, también apabullado por el preciosismo de su prosa. De puro bien escrita, la novela me anonadó y no pude seguir.
Bueno, digresiones aparte, me llamó la atención en "La montaña mágica" la elucubración de uno de los personajes, un escultor tísico, que filosofaba sobre lo necesario de racionalizar el uso del papel del periódico. Fíjense, la novela se publicó en 1924 y la acción se desarrolla en los años previos a la Primera Guerra Mundial. Es decir, que la cosa del reciclaje del papel no es algo reciente. Les transcribo una frase espigada en el pasaje:

"[...] el inconsciente desperdicio y destrucción de todo ese papel de periódico que la gente ignorante echa a las cloacas o al fuego representa una alta traición para nuestros bosques, para la economía nacional [...]"

Como ven, no hay nada nuevo bajo el sol.

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