Spectrum 48 K
Sin llegar al fanatismo, siempre he sentido un vivo interés por eso que ahora llaman nuevas tecnologías. En 1984 adquirí mi primer ordenador -que conservo como una reliquia- por algo más de 40.000 pesetas de entonces. Era un Sinclair ZX Spectrum con una capacidad de 48 k., es decir, lo que ocupa ahora cualquier documento no muy extenso del procesador de textos. Los programas venían en cintas de cassette (o como demonios se escriba ese palabro) y eran simplicísimos. Con el tiempo compré una impresorita que tampoco tenía gran utilidad porque utilizaba un rollo de papel no demasiado ancho. Pero aquello enganchaba, nos metía de bruces en un mundo más allá de la Hispano-Olivetti y empezaba nuestra alfabetización neotecnológica. Después he tenido un buen puñado de ordenadores e impresoras de todo tipo, que me han simplificado la vida en proporciones considerables. Hoy, sin estos chismes no somos nada. Eso sí, he logrado dominar pulsiones y me limito a usar el ordenador como una utilísima herramienta de trabajo, sin que me arrastre la fiebre al terreno del enredo constante.
Me ha hecho recordar a mi viejo Spectrum de teclado del goma una noticia de hace unos días. Subastan el primer ordenador de Apple, de 1976, y esperan lograr un remate de entre 188.000 y 282.000 euros. He visto la foto del aparato, un teclado con carcasa creo que de madera, y desde luego impresiona cuánto ha evolucionado el mundo de la informática en estos años.
En fin, para rematar esta cuestión tecnológica les anuncio -ya se lo anticipaba hace unos días- que me he hecho una paginita web sencilla y artesanal (self made, que diría un angloparlante, o un pedante, vaya usted a saber) en la que doy cabida a algunas cosillas. Espero que no les resulte demasiado pretenciosa, perdonen mi atrevimiento. Mañana o pasado, si tengo un rato, les pongo en el blog (que seguiré usando con la asiduidad que me sea posible) un enlace.
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