El pasado 29 de noviembre tuve la inmensa fortuna de presentar, ante un público que llenaba la Biblioteca Municipal, mi novela "El Cínife de Oro". Por si a alguien le interesa, resumo de las intervenciones de las personas que me honraron interviniendo en el acto, y la de un servidor, por supuesto.
Rosa Monreal. Concejala de Cultura.
Saludó a los asistentes en nombre de la Corporación y destacó el pulso cultural de Zafra, que se demuestra con la coincidencia de tres actos simultáneos en el día, entre ellos la presentación de esta novela, enmarcada en la Semana de la Literatura dedicada a honrar la memoria de la escritora local Dulce Chacón.
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Vista parcial del público asistente |
Estrella Claver. Bibliotecaria.
Expresó su satisfacción por el «nacimiento de otra criatura literaria» de Juan Carlos Fernández, a quien conoce desde hace años, tanto en su anterior ocupación de gestor municipal como por sus tareas de investigación y escritura. Hizo una breve semblanza bio-bibliográfica del autor, con referencia a su compromiso social y asociativo.
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Luciano Feria (interviniendo), el autor y Estrella Claver |
Luciano Feria. Profesor emérito y escritor
Se refirió a las cualidades narrativas del autor, de las que tuvo noticia a partir de la publicación de su primera novela corta ("Fuego amigo", 2011), leída cuando ya lo había hecho con "Cuentas saldadas".
Respecto de "El Cínife de Oro", destaca su concepción como relato de humor: «Si fuese una obra de teatro, la clasificaríamos inmediatamente dentro de la comedia». Resumió la trama, a la que calificó de «sugerente, tan apetitosa, tan divertida (...)», y se refirió al elemento inspirador, surgido en un archivo en el que indagaba el autor.
El humor es, dice Feria, «la primera y principal arteria de la novela». Al lado de lo jocoso, señala el uso de los elementos lingüísticos y narrativos para que tal historia de humor se haga realidad: un narrador irónico, alternancia de vocabulario: «raro o desusado, incluso culto, y otro coloquial para que su contraste genere la burla y la socarronería...» También la sintaxis, los diálogos y descripciones...
Señala como elemento determinante «la organización dinamizadora de la novela», con elementos como la brevedad de los capítulos, las «oscilaciones de tiempos narrativos en pasado y en presente», el uso de los estilos directo e indirecto, o de recursos como el polisíndeton para potenciar el ritmo «excitante y ágil».
Se detuvo Luciano Feria en la estructura de la novela, «imprescindible para mantener el suspense de los lectores y, con él, la fluidez narrativa de cada página».
La segunda arteria importante de "El Cínife de Oro" es la «otra cara del humor [que] se transforma aquí en la de la crítica a aquella España hundida en el desamparo autoritario (...)»
Se fijó también el presentador en algunas características de los personajes, o en el uso de detalles propios del tiempo en que la novela se desarrolla, señalando que el autor «ahonda en la incultura de aquellos paisanos», y se refirió a la «extraordinaria recreación de unas de las características más constitutivas de aquella España desgarrada: la de la fractura insoluble en todos los órdenes de la existencia (...)»
«El Cínife de Oro, en definitiva, es una obra divertidísima pero con cierto regusto a melancolía. Es socarrona, provoca la sonrisa, la risa y hasta la carcajada, pero a la vez, si los lectores se conceden unos segundos para la reflexión, si se entregan a su sigilosa llamada, también despierta la dignidad de la crítica ante la injusticia o lo mal hecho, la pereza o la resignación, la hipocresía; alienta el reproche ante lo patético de un orden social cercenador de las personas».
Resaltó, en base a lo leído a Juan Carlos Fernández, que se «sitúa en una de las mejores corrientes de la literatura española (Cervantes, Galdós, Eduardo Mendoza), [por] la presencia irrenunciable del humor, en mayor o menor grado de acuerdo con las intenciones de cada libro», y está caracterizado por «el impulso primordial de todo verdadero
contador de historias».
Finalizó recomendando la lectura del libro, no sin afirmar que «Debajo de la complacencia a costa de un suceso lejano en una época también afortunadamente superada, en fotograma desvaído por todo el fondo de la película, descubriréis y notaréis la picadura triste de Franco.»
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Intervención del autor |
Juan Carlos Fernández
No sin antes manifestar su desazón por haber sido encuadrado entre autores como Cervantes, Galdós y Eduardo Mendoza, empezó por un obligado capítulo de agradecimientos a cuantos han participado en la presentación, al Ayuntamiento, a quienes han colaborado con consejos, sugerencias o aportaciones en el texto y, muy especialmente, a Luciano Feria por sus palabras. Se disculpó ante el público asistente por no haber podido hacer nada para evitar la coincidencia de este acto con los otros dos programados.
Explicó que no tenía como prioridad que viera la luz esta novela, pero que atendió a la invitación de Editorial Alféizar y optó por la publicación inmediata, lo que le libera para poder centrarse en el próximo texto que ya ha empezado a preparar, y que aún le llevará bastante tiempo acabar.
Advirtió que no debe buscarse un lugar concreto, un pueblo conocido en el que se desarrolle la acción, sino que, como decía Galdós, no hay que situarla en el mapa geográfico, sino «en el moral de España».
Se refirió a los elementos comunes a las tres novelas publicadas: la época y la inspiración en documentos, debidas a sus trabajos de investigación para otras publicaciones, aprovechados al mirar «con ojos de novelista» (Blasco Ibáñez) los acontecimeintos. La diferencia entre las dos primeras obras y "El Cínife de Oro" viene dada por el carácter de aquéllas, trágico, dramático, y el de esta, un texto ligero y humorístico.
Destacó que su concepción del humor literario está alejada del trazo grueso, que prefiere la sutileza, la ironía, la caricatura que no resulte ofensiva, y que el uso de los recursos humorísticos no es óbice para la crítica de costumbres.
Se refirió también a los personajes, en los que, reconoce que por pereza, no ha profundizado en demasía, salvo, quizá, en el caso del alcalde. Protagonistas y situaciones pueden parecer tópicas, pero en definitiva el tópico, opina, es consecuencia de la repetición de patrones que existían y que, por lo tanto, aparecen indefectiblemente una y otra vez, lo que, de añadidura, ayuda a la caricatura.
Sostuvo que es inadecuado buscar en "El Cínife de Oro" un libro moralista y, mucho menos, caer en la tentación de valorar a los ojos de lo en la actualidad políticamente correcto lo que sucedía hace seis o siete décadas. Explicó el motivo del título, fruto de una especie de destello de la imaginación, y concebido antes de la escritura del libro, al que lo aplicó en el convencimiento de que sería un buen rótulo.
Finalizó haciendo patente que, a pesar del sufrimiento que le produce el repaso de los textos ya escritos, en este caso cada vez que lo ha releído se ha sentido plenamente satisfecho, y haciendo votos para que el lector se divierta y, si es posible, hasta encuentre motivos para alguna carcajada.
Tras la intervención del autor, se cerró el acto.