Observatorio
Como ignoro las circunstancias del caso, y dado que por lo demás el asunto me es indiferente, no me pronuncio sobre si el afamado profesor Neira haría bien o no en dimitir del puesto de presidente del Observatorio Regional de la Violencia de Género de Madrid, tras su incidente de tráfico. Lo que sí me mosquea es que, ahora que parece que el profesor ha caído en desgracia, la Comunidad anuncia la próxima supresión del organismo. Es decir:
1.- Con esto queda demostrado que el nombramiento del Sr. Neira fue una mera cuestión propagandística.
2.- Lo que es peor, queda demostrado que el tal observatorio no sirve para nada. Si tuviese alguna utilidad concreta seguiría su labor, con independencia de quién lo presidiese.
3.- Pero su inutilidad se acredita, junto con la de tantos otros organismos de bombo, platillo y presupuestos derrochones, cuando uno ve las noticias y se percata de que la violencia doméstica o machista (¡vaya fealdad eso de la violencia de género!) no para.
4.- Es decir, que mejor habría sido no crear ese organismo.
5.- Tecleen ustedes en Google "observatorio" y dispónganse a conocer una miríada de inutilidades modernísimas y seguro que muy costosas.
6.- Uno, en su ignorancia, pensaba que estas cosas eran más bien de "progres". Pero, mira por donde, Esperanza -que por lo demás es una gran gestora, lo mismo que Ruiz Gallardón en su ámbito- también cae en estas tentaciones. Cosas veredes.
3 comentarios:
Su comentario va perdiendo objetividad a medida que avanza. Coincido al 100% en los primeros puntos y estoy totalmente en desacuerdo con el último. La gestión de su admirada Aguirre deja mucho que desear. Sin ir más lejos, el otro día se publicó que el número de camas en los hopitales madrileños era de 2 por cada 1000 habitantes, mientras que en los hospiatles extremeños la ratio es de 3.5 camas. A usted que ha seguido tan de cerca el tema del hospital zafrense, le interesará saberlo, aunque le supongo al corriente del dato que le ofrezco.
Pues coincido con el Sr. PPK en el sentido de que no estoy de acuerdo con usted, Sr. Fernández, en que la condesa consorte y grande de España sea una gran gestora. Como ella gestiona, gestiona cualquiera, y ahí tiene usted el lamentable estado de la sanidad pública madrileña, como bien se ha apuntado. Además es una señora curiosa: ultraliberal en lo económico pero franquista, a pesar de tanto denostar de boquilla al franquismo, en su forma de actuar, en sus modales. Piensa esa señora que es graciosa, pero no lo es y además se sobrestima mucho; eso sí ha mejorado mucho desde sus tiempos de ministra: ya no disimula. He de reconocer que se me hace muy antipática, tanto por su actuar como por su cercanía al Sr. Aznar, pero no por ello creo equivocarme si la considero una peligrosa demagoga y de ahí que aprovechara la oportunidad del supuesto acto heroico del Sr. Neira (me invade la duda de que lo fuera) para crearle el carguito, ella tan enemiga de lo público. Y de lo del doctor Montes, pues en fin, persecución goebbeliana del adversario.
El resto del artículo puedo compartirlo. Saludos.
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