domingo, 21 de octubre de 2012

El conde Mölln

"Aquí reside el conde Mölln completamente solo, no necesita nada, no compra nada y no tiene nada que ofrecer a nadie."

Es más que tentadora la opción de vida retirada del conde Mölln, personaje accesorio de la magistral novela de Thomas Mann "Los Buddembrook". Ideal que sigue a Horacio, a Fray Luis y, me temo mucho que a la recomendación de Epicuro, vivir lo mejor posible sin despertar la envidia de los demás. Aurea mediocritas creo que llaman a esto último, si no recuerdo mal lo que en su día leí a Chufo Llorens en su interesante novela "Te daré la tierra".
Vivimos unos tiempos más que difíciles en los que muchos valores se desgajan del cuerpo social, en los que la experiencia traumática parece que a muchos, lo más seguro es que por ignorancia, no sirve de nada; el griterío se impone sobre el discurso sensato, los unos y los otros (Dios nos libre de tener que escribir unos y otros al modo de Unamuno) empiezan a desgañitarse y se hace difícil mantenerse en la templanza sin que alguno te tache de blandengue...
Dan ganas, cómo no, de seguir la escondida senda por donde han ido los pocos sabios... Ya saben. Lo que pasa es que no se puede, salvo que medie la improbable alegría  de una primitiva bien abastada. Y tampoco se debe, al menos mientras queden algunas fuerzas: me parece que aún hemos de seguir aportando minúsculos granos de arena en la construcción de una sociedad tolerante, si es posible alejada de consignas. Me imagino una sociedad aburrida, en la que la gente vaya a sus cosas y pueda convivir sin añoranzas de lo caduco... Me gusta cuando a las conferencias del Foro Zafrense acuden gentes de una y otra orilla a escuchar con respeto y a discrepar sin problemas. Me parece que ese esfuerzo merece la pena. Por ejemplo.



viernes, 12 de octubre de 2012

Hoy es Fiesta Nacional

En el Día de la Fiesta Nacional:
¡Viva España!
¡Viva el Rey!